Maíz, porque controlar las enferemedades
Por su nivel de impacto, las enfermedades pueden afectar mucho el rendimiento de ese cultivo.
“En el maíz vamos a encontrar dos grandes problemas: por un lado las royas y por otro, lo que llamamos manchas foliares que generan necrosis”, anunció la investigadora Margarita Sillón, directora del Centro de Sanidad de Cultivos de la Universidad Nacional del Litoral.
Con su trabajo enfocado en el centro de Santa Fe, aunque también con experiencias en toda la región agrícola en protección de cultivos como el maíz, Sillón marcó la cancha a los técnicos y productores con las recomendaciones necesarias para ganarle a las enfermedades, teniendo en cuenta que los problemas que se presentaron en el norte de Santa Fe, son muy probables que luego vayan replicándose hacia el sur de toda la región agrícola.
Con su experiencia, observó que a mediados de diciembre ya estaban apareciendo los primeros síntomas de alarma: “En el centro de Santa Fe estamos teniendo ambas royas en los maíces de segunda; por un lado la común del maíz, que es la que tienen todos los productores y en los últimos años, se ha incrementado la roya polysora (Puccinia polysora). Esta última está apareciendo más hacia la madurez de las plantas de los maíces de segunda y requiere un clima tropical o subtropical. En los maíces tardíos desde el 2014 se presentó como enfermedad predominante”.
Tizón, la mancha foliar más importante
Por otro lado, cuando se habla de manchas foliares, la más importante es el tizón, ocasionada por el hongo Exserohilum turcicum.” Se trata de un hongo que sobrevive a los rastrojos lo que nos da una seguridad de persistencia de este patógeno en toda el área maicera”, precisa Sillón. El tizón del maíz hoy es la enfermedad de mayor prevalencia en la región maicera, sobre todo en la región centro de Santa Fe. “En los últimos cinco años ha sido prevalente aún más que la roya”.
En cuanto a las condiciones imperantes para el tizón del maíz, “son importantes las lluvias frecuentes o humedad en los estados vegetativos del cultivo; luego tiene un periodo de latencia bastante largo y suele aparecer como síntoma en V10, en panojamiento, e incluso en R1”, afirma la investigadora de la UNL. “En general progresan los síntomas después de R1, lo cual le genera al técnico un conflicto de decisiones porque entonces ya sería muy tarde para la aplicación de fungicidas en el maíz. Entonces tienen que contar con la suficiente experiencia como para poder cuantificar el tizón y ser preventivos”, recomendó la experta, quien explicó: “Si el profesional tiene información de que ese híbrido puede ser susceptible a tizón, aunque tenga una sola lesión en las hojas que rodean la espiga, si está en un estado cercano al R1 tiene que tomar la decisión de aplicar el fungicida. Después, cuando realmente vea al tizón progresar, va a ser tarde para aplicar”. Ese es uno de los desafíos que la especialista señala como característico del tizón foliar.
Importancia del control de tizón
- ¿Por qué es importante controlar tizón?
- Es una enfermedad importante en los maíces de segunda ya que los tizones, al ser necrótrofos, también suelen avanzar rápidamente en las hojas senescentes. Entonces, dado que los maíces de segunda pasan su desarrollo en el mes de enero con temperaturas muy altas, esas hojas pueden ser un buen vehículo para que el tizón desarrolle y colonice. En las hojas basales podemos llegar a encontrar algunas lesiones ovaladas del tizón en el tejido necrótico pero lo importante es mantener libre el estrato medio y superior del maíz, que correspondería a un maíz en estado vegetativo donde nosotros estimamos que luego va a salir la espiga.
Recomendaciones sobre nivel de daño
A la hora de brindar recomendaciones, Sillón se enfoca en el nivel de daño. “Nosotros solemos recomendar que muy al principio del cultivo, en un estado V6/ V7, es importante determinar cuántas hojas están afectadas. Normalmente van a ser las inferiores, pero sobre todo hay que centrarse en las tres hojas que rodean la espiga y en el estrato superior”. Los umbrales que se están manejando en tizón son bien bajos. “Estamos hablando en severidad de 1,5 a 3 % promedio, lo cual correspondería a no más de una lesión de 3 cm. En los papeles parece que esto se va a ver bien, pero cuando el técnico llega al campo, muchas veces le genera la idea de que es muy baja la presión de tizón y espera”, refiere la investigadora. Esa espera es complicada en términos de que después sea efectivo el fungicida. “Con varias lesiones necróticas de tizón cae mucho la eficiencia de los fungicidas”.
Lo claro es que “ante tizón hay que ser realmente preventivos”. Por eso la especialista rescata que “en el caso de maíz nosotros podemos tener una información muy buena de parte del comportamiento del híbrido, lo que le puede ayudar al técnico a tomar una decisión”.
Enfermedades foliares avanzadas pueden generar importante estrés
La otra cuestión que remarca Sillón en torno a la tarea de los técnicos a la hora de controlar las enfermedades foliares en maíz, es que “no pueden desconocer que las enfermedades foliares muy avanzadas pueden generar un estrés muy importante en la planta, lo que predispone en los últimos momentos de desarrollo del maíz a la colonización de hongos de suelo”. Esto luego deriva en las famosas podredumbres de raíz y tallo del maíz. Muchas de ellas no fueron generadas por el patógeno foliar pero sí se generó una gran predisposición a partir de una gran enfermedad foliar, según explicó Sillón.
- ¿Qué pasa si no se controlan estas enfermedades?
-Los resultados que tenemos de trabajos en el centro de Santa Fe y que coinciden con otros realizados en otras zonas, van del 8 al 15% de los rendimientos. Estamos hablando de 1.000 y hasta de 2.000 kg cuando se complican con podredumbre de raíz y tallos. Realmente vale la pena el control de estas enfermedades porque te lleva rendimiento en espigas menos desarrolladas, en espigas caídas, hay poco llenado, hay espigas con un gran parte de la espiga vacía en la punta.
Incremento de apariciones tempranas del tizón
Hacia el futuro cercano, Sillón, afirmó que “observamos en los últimos tres años un incremento del tizón en cuanto a que aparece anticipadamente. El año pasado desde V6 y V7 tuvimos algunos híbridos que eran muy resistentes a roya, presentando tizón muy tempranamente. Hubo que controlarlo temprano y los resultados fueron muy buenos. En esta campaña las temperaturas altas de los meses de enero y febrero en los maíces de segunda van a predisponer, sobre todo si hay una predisposición genética. En aquellos maíces que están catalogados como no tan resistentes a tizón, es posible que haya un ataque allá por el 8 ó 9 de febrero”, precisa.
Es importante remarcar que las primeras lesiones de tizón están ligadas al agua pero no necesariamente a un salpicado o a un Año Niño.
“Las royas necesitan mojado, son enfermedades del rocío. Habiendo rocío pueden predisponer el avance roya con unas temperaturas entre 14 y 24°. Eso en cuanto a roya común”, explicó Sillón.
Para la zona centro de Santa Fe, la roya polysora es importante. Se trata de la única roya que puede avanzar con más temperatura. “Cuando uno piensa que tiene 30° dentro de los maíces y que por eso no va a tener roya, con la polysora no es así. Avanza igual”. Se trata de una roya que ataca todo lo que es Chaco, norte de Santa Fe y Entre Ríos.
A ella hay que prestarle especial atención en los maíces de segunda.
“En cuanto a tizón, me parece que el avance es lento pero general. No ha habido vuelta atrás en la conexión de tizón y todo lo que sean temperaturas muy altas. Estas van a predisponer la senescencia de hojas y la colonización sobre esas hojas de mayor cantidad de tizón”, finalizó la especialista.