Se registró una caída histórica de la calidad de trigo
Con la cosecha triguera casi finalizada, se proyecta que la producción nacional será de 10,1 millones de toneladas, un 14% inferior respecto a la campaña pasada, según datos de la Bolsa de Cereales porteña.
De ese total, dice la agencia de extensión Marcos Juárez del INTA, habrá 2,3 millones de toneladas que provendrán de la provincia de Córdoba, que forma parte de una zona, la región central del país, que está viendo los trigos con menor calidad de la historia, sobre todo por su baja proteína.
Históricamente, “no se habían registrado valores tan bajos de los tenores proteicos como en la actual campaña”, sostiene un informe de la agencia, elaborado por Martha Beatriz Cuniberti, Leticia Raquel Mir, Omar Alfredo Berra, Susana Maria Macagno, Mariela Soledad Pronotti y Eugenia Chialvo.
Sus conclusiones surgen del relevamiento efectuado en acopios y cooperativas de la zona sobre 270.000 toneladas, hecho por el Grupo del Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas de la agencia.
Entre los motivos de estos bajos niveles, explican los técnicos de la agencia, están la menor utilización de tecnología, lo que provocó amplias diferencias de rendimientos dentro de la misma zona y, también, las frecuentes precipitaciones. El menor uso de tecnología, agregaron los técnicos, afectó la cantidad de proteína y gluten, con altos porcentajes de trigos “panza blanca” (índice de baja proteína) debido a la escasa fertilización aplicada.
Asimismo, las precipitaciones ocasionaron excesos hídricos que entorpecieron las tareas de recolección, acentuaron las caídas de peso de los granos, todo lo cual impactó en la calidad del grano de trigo. También la lixiviación, las napas altas y el lavado del nitrógeno de los suelos fueron habituales, afectando la calidad final del cereal.
Por otra parte, las excesivas lluvias produjeron el “lavado del grano”, lo que ocurre cuando el grano ya maduro, con óptima madurez comercial, se rehumedece y al secarse se reduce su peso hectolítrico entre 2 y 8 puntos, afectando fuertemente la calidad comercial.
En contraposición, en las zonas más secas de la región, los rendimientos fueron menores y la proteína tuvo un leve incremento, pero no llegó a los valores normales para la región, comentó el trabajo de la agencia. Además del bajo uso de tecnología y las lluvias, la duración del llenado de granos también jugó a favor de la caída del contenido proteico en los granos.
Está claro que fue una campaña en la que clima fue más perjudicial que beneficioso para los cereales de invierno en la zona central del país.