Recomendaciones a la hora de fertilizar maíz de segunda
La eficiencia de uso de N es similar con fertilizantes incorporados. Aplicaciones superficiales de N pueden resultar en pérdidas por volatilización cuando se utiliza urea o fuentes que la contengan. La aplicación chorreada del fertilizante lÃquido reduce.
La importancia del cultivo de maíz en la rotación está basada en su aporte a la sustentabilidad dentro de sistemas de producción agrícolas puros, por la cantidad y calidad de rastrojos que produce.
El maíz de segunda es una alternativa productiva a considerar por el elevado aporte de rastrojos con alta relación carbono (C)/nitrógeno (N) que brinda cobertura estable durante el invierno, además de incorporar otra gramínea en la rotación y distribuir los riesgos asociados a los cultivos de verano.
El N es el principal elemento que limita la productividad de los cereales en la región pampeana argentina. Por eso, la fertilización constituye una de las herramientas de manejo empresario que afecta más directamente el costo de producción de cereales como el maíz. Describir los rendimientos en función del agregado creciente de nutrientes mediante la construcción de curvas de respuesta, permite ajustar las recomendaciones en función de nuevas tecnologías.
La eficiencia de uso de N de distintas fuentes nitrogenadas es similar cuando los fertilizantes son incorporados. Aplicaciones superficiales de N pueden resultar en pérdidas por volatilización cuando se utiliza urea o fuentes que la contengan.
En cambio, la aplicación chorreada del fertilizante líquido reduce la superficie de contacto entre el fertilizante y el residuo disminuyendo la tasa de hidrólisis, y por lo tanto, la volatilización.
Comportamiento nutricional cambia con respecto al de primera
Generalmente el comportamiento nutricional del maíz de segunda cambia con respecto al de primera, ya que se siembra en una época donde se presenta mayor temperatura, los umbrales de respuesta a fósforo (P) son un poco más bajos, por eso la necesidad de fertilización fosforada es menor.
La cantidad de N por aplicar depende del monitoreo que se realice previamente a la siembra, teniendo en cuenta el bajo nivel de N que se encuentra en el suelo, ya que en maíces de primera normalmente se encuentra entre 50 y 80 kilos hasta los primeros 60 centímetros, mientras que en los de segunda difícilmente supere los 15 a 20 kilos, porque ya lo tomó el cultivo invernal antecesor.
Rendimiento objetivo: época de siembra y reserva de agua
La otra pata importante es el rendimiento objetivo, dado por la época de siembra y la reserva de agua.
Un maíz de segunda que recarga con humedad el perfil del suelo en diciembre, es un cultivo de muy alta demanda de N y muy buen potencial de rendimiento (lo mismo sucede con el azufre).
El rendimiento objetivo de un maíz de segunda es más bajo, porque se siembra más tarde y con menos reservas de agua respecto al de primera, lo que haría pensar que demandaría menos N.
Sin embargo, al sembrarse inmediatamente después de un cultivo de invierno, que también es una gramínea y con alta demanda de N hasta el final del ciclo, comúnmente la cantidad de nitratos disponibles al momento de la siembra es muy bajo.
Entonces, las necesidades de fertilizar con N un maíz de segunda son tan altas o mayores que en un maíz de primera, ya que no se tienen barbechos previos que permitan acumular nitratos en el suelo. Además, como el maíz de segunda crece muy rápido, su demanda es muy alta desde los primeros días.
Planteos de doble fertilización
La recomendación es colocar el N al momento de la siembra y no esperar a las cuatro a seis hojas como en los híbridos de primera.
También se deben tener en cuenta las restricciones con respecto a la forma de aplicación del fertilizante, ya que se realizará en suelos que generalmente están secos en la parte superior, cubiertos de residuos y días de alta temperatura, produciéndose fácilmente pérdidas por volatilización. Por esa razón, es muy importante incorporar el N, siendo muy recomendables los planteos de doble fertilización.
Ensayos con fuentes líquidas en Córdoba
Con la finalidad de generar mayor información local sobre la respuesta a la fertilización nitrogenada en maíz de segunda sobre trigo, técnicos del INTA Marcos Juárez, Córdoba, durante la campaña 2007/08 condujeron un ensayo en el centro-este cordobés, cuyo objetivo fue evaluar la respuesta a dosis crecientes de N, utilizando en este caso fertilizantes líquidos. Pero además, se analizaron los costos y márgenes económicos de cada dosis evaluada.
Las características ambientales fueron favorables durante el crecimiento del cultivo en los meses de enero y febrero. Durante el período crítico (15 de febrero al 3 de marzo) las condiciones fueron adecuadas y el cultivo no sufrió ningún tipo de estrés biótico. La ocurrencia de una helada temprana en una fecha extrema (14 de abril) interrumpió abruptamente el periodo de llenado de granos.
Importancia de los nutrientes en el cultivo de maíz
Se observaron diferencias significativas entre tratamientos, ya que los rendimientos se incrementaron a medida que aumentaron las dosis de N y S. El tratamiento 4 (N 90 kg, S 28 kg), mostró el mayor rendimiento, evidenciando la importancia de estos nutrientes en la producción de maíz
A diferencia de lo esperado, el tratamiento 5 que recibió la mayor dosis no resultó en el máximo rendimiento, ya que no presentó diferencias estadísticamente significativas entre el tratamiento 5 y el 4. Esto demostraría que el cultivo de maíz de segunda presenta su máxima respuesta en rendimiento frente al agregado creciente de N y S, en los 90 Kg de N y 28 de S.
El peso de mil granos fue afectado por las condiciones climáticas (heladas) y fue menor respecto al peso de la siembra de primera para el mismo híbrido, lo cual podría implicar un efecto negativo sobre la expresión final del rendimiento.
Respecto al análisis de costos de fertilización con N, los márgenes brutos, calculados a valores de insumos, servicios y cotizaciones de mercado reales, fueron interesantes para todos los tratamientos.
