La cebada, con mejores márgenes brutos que el trigo
En la zona núcleo, el margen bruto de la cebada presenta un mejor escenario que el del trigo. En ambos cultivos, no cierran los números con alquiler.
Finalizando la época de cosecha del trigo y cebada de la campaña 2014/2015 en Argentina, en un análisis realizado por Julio Calzada y Sofía Corina, de la Bolsa de Rosario, se comparan los resultados que habría obtenido un productor de la zona núcleo si hubiera optado por sembrar uno u otro de estos cultivos de invierno.
En una nota anterior, Patricia Bergero había analizado el margen bruto del cultivo de trigo y había enumerado los principales problemas que enfrenta el hombre de campo en la siembra y comercialización de este cereal en la República Argentina. A modo enunciativo ellos eran:
Las fuertes restricciones a las exportaciones de trigo,
La complicada y demorada devolución de los derechos de exportación, con su consiguiente costo financiero por la alta inflación,
La diferencia entre el precio del mercado y el FAS teórico,
Los bajos precios internacionales del cereal y un mercado mundial que no se recupera,
Los problemas del productor agropecuario para financiarse a tasas razonables,
El fuerte aumento en los costos de implantación y protección de este cultivo, junto con una elevada presión tributaria.
En la presente nota se comparan los ingresos, costos y márgenes brutos que habrían deparado un eventual cultivo de trigo y/o cebada en la zona núcleo, suponiendo similares condiciones productivas.
SUPONDREMOS, ENTONCES, DOS ESCENARIOS:
Cultivo de trigo
En esta alternativa se ha estimado el margen bruto de un productor agropecuario para el caso en que hubiera obtenido el rinde promedio de la zona núcleo (es decir 34 qq/ha), en un esquema de producción bajo arrendamiento y con nivel de tecnología media - alta. En este sistema supuesto, el trigo forma parte de una rotación con soja.
La distancia desde la chacra a las terminales portuarias se ha estimado en 180 kilómetros (flete largo). No se computa en el análisis los costos impositivos que tendría que sufragar este productor ni los gastos de estructura. Al rotar con soja, el costo del arrendamiento se ha repartido con dicho cultivo.
Cultivo de cebada
Se ha supuesto que el productor agropecuario obtiene un rinde promedio de 33 qq/ha de cebada cervecera genotipo "Andreia". También trabaja este hipotético hombre de campo con un esquema de producción bajo arrendamiento, con nivel de tecnología medio-alto, rotando con soja.
La distancia desde su explotación a los Puertos es similar a la alternativa anterior: del orden de los 180 kilómetros. Tampoco se contabilizan los costos impositivos que tendría que pagar este productor. El costo del arrendamiento se ha repartido con la futura siembra de soja, imputándose a la cebada unos 8 quintales de soja por hectárea.
Se supone, además, que vende su producción a 180 U$S la tonelada, precio similar al que registró el miércoles pasado la cebada cervecera genotipo Scarlett en el recinto del Mercado Físico de la Bolsa de Comercio de Rosario en operaciones para exportación con descarga en Villa Constitución y pago contado.
RESULTADOS
Trigo
En el cultivo de trigo con un precio de mercado interno de U$S 132/tn., el ingreso bruto asciende a U$S 449 por hectárea. Deduciendo el total de costos por U$S 677 /ha (gastos de implantación -labores e insumos- por U$S 279/ha, los de cosecha y seguro por U$S 46 /ha, los de comercialización por U$S 102 y el costo del arrendamiento por U$S 250), el margen bruto en trigo es negativo en U$S 228 por hectárea.
Sin arrendamiento, en campo propio, el margen bruto es levemente positivo con un registro del orden de los 22 U$S por hectárea. Tengamos presente que no estamos computando en nuestro análisis los impuestos que debe pagar el productor con dicho margen bruto (inmobiliario rural, tasa vial, impuesto a las ganancias, impuesto a los bienes personales, el impuesto al valor agregado irrecuperable, impuesto a los débitos y créditos bancarios, etc.).
Tampoco estamos incluyendo dentro de las erogaciones a los gastos de estructura, los cuales pueden ser muy dispares de un campo a otro y en función del tipo de administración y la escala.
Cebada
Finalmente miremos la cebada. Con un precio de mercado de U$S 180/tn, el ingreso bruto asciende a U$S 594 por hectárea. Deduciendo el total de costos por U$S 652/ha (gastos de implantación -labores e insumos- por U$S 244/ha, los de cosecha y seguro por U$S 57 /ha, los de comercialización por U$S 99 la hectárea y el costo del arrendamiento por U$S 250/ha), el margen bruto en cebada sigue siendo negativo en U$S 58 por hectárea. No obstante ello, este margen negativo es menor que el del trigo, el cual asciende a 228 U$S por hectárea.
Sin arrendamiento, el margen bruto de la cebada pasa de negativo a positivo en 192 U$S por hectárea, aunque nuevamente debemos advertir que no se trata de un número final. A este valor hay que restarle los gastos de estructura y la pesada carga de impuestos, tasas y contribuciones que debe afrontar el hombre de campo (inmobiliario rural, tasa vial, impuesto a las ganancias, impuesto a los bienes personales, el impuesto al valor agregado irrecuperable, etc.).
CONCLUSIONES
Como vemos en estos dos ejemplos hipotéticos, el margen bruto de la cebada presenta un mejor escenario que el del trigo. En ambos cultivos, no cierran los números con alquiler. Y en campo propio, los números están muy ajustados.
En el caso de cebada hay posibilidades de que el lote quede con un margen positivo -luego de pagar impuestos y gastos de estructura-, mientras que en el trigo esto no sucedería. No hay manteca para tirar al techo. Lamentablemente.
Como corolario final, es importante consignar que estos cultivos invernales tienen la posibilidad de compensar pérdidas con soja de segunda en un mismo año agrícola.
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario Autor: Julio Calzada y SofÃa Corina