Cultivos de cobertura: ¿Gasto o inversión?
La inclusión de cultivos de cobertura protege el suelo a través de la cobertura viva durante el tiempo invernal, permitiendo proteger el suelo, retener humedad y, en algunos casos (utilizando alguna leguminosa), fijar nitrógeno para el cultivo siguiente.
Así destacó el Ing. Agr. Leonardo Novelli, del INTA EEA Paraná, en diálogo con Momento de Campo tras explicar que el suelo está muy descubierto de residuos, los cuales protegen el suelo pero resulta muy importante la ocupación de raíces y cultivos vivos.
En este sentido, el profesional indicó que “observamos en la mayoría de los campos que los suelos están cubiertos con poco aporte de residuos, prácticamente están pelados, y en gran medida hay una importante proporción de cultivo de soja en los sistemas generando un problema importante. El cultivo de soja aporta residuos que se van rápidamente y además es escasa su cantidad”.
Los cultivos de cobertura presentan ciertas ventajas que hacen que sea interesante su inclusión en el planteo agrícola. “No solo aporta materia orgánica al suelo, lo protege, sino que además nos ayuda a hacer competencia contra las malezas. En ese sentido, puede minimizar la cantidad y tipo de herbicidas, ya que en muchos casos aparecen malezas que tienen cierta resistencia y necesita utilizar herbicidas específicos, lo cuales son más caros. Por otro lado, si tenemos un cultivo que nos proteja el invierno, estamos favoreciendo a una buena protección del suelo” señaló el Ing. Novelli.
Los costos es una de las grandes causas que hacen que el productor no incorpore al cultivo de cobertura en su planteo agrícola. “Los costos están muy justos, aunque el productor no nota cual sería la diferencia en utilizar” sostuvo el técnico.
¿Gasto o inversión?
“Es una inversión a mediano y largo plazo” resaltó Novelli, ya que “favorece en cuanto a los rendimientos. Los resultados que hay tanto en la zona de la EEA Paraná del INTA y en varias zonas de la Argentina dan que depende el cultivo de cobertura utilizable y el siguiente”.
El profesional ejemplificó con el caso puntual del cultivo de soja, donde “al utilizar un cultivo de cobertura nos está dando mejora en el rinde y además se observan otras mejoras en cuanto a las propiedades del suelo. Acumula más agua, tiene mejor estructura y mejor infiltración ese suelo, todo eso hace prever que, a mediano plazo, esas condiciones van a favorecer al mejor rendimiento. En el caso de maíz, si utilizamos como cultivo de cobertura a una leguminosa, como ser la arveja, favorece a que nos brinde parte de ese nitrógeno que fija la atmósfera para el cultivo siguiente, para lo cual le esta dando nitrógeno orgánico y reduce la cantidad de nitrógeno que el productor tiene que aplicar como fertilizante. A mediano plazo podemos tener mejores rendimientos con la utilización de un cultivo de cobertura”.
Desde 2008 la EEA Paraná viene realizando evaluaciones a través de una serie de ensayos con distintos cultivos de cobertura antecesores a soja, siendo la mayor interrogante del productor de la zona.
Fuente: De la redacción de Momento de Campo