Siguen las negociaciones entre el gobierno y cerealeras
Las negociaciones entre el gobierno y las empresas exportadoras de cereales se siguen desarrollando en medio del hermetismo. Las partes acordaran un cronograma de encuentros empresa por empresa.
Los encuentros entre funcionarios del gobierno y las compañías se vienen dando "en términos muy positivos", señalaron allegados a las negociaciones
Cerca del fin de la semana pasada, un dirigente con acceso al ámbito de la negociación manifestó que el gobierno pidió a las compañías un importante adelanto de divisas para la compra de la cosecha de soja, además de información sobre la metodología utilizada eventualmente para cumplir con el pedido.
El dato, que no fue desmentido por ninguna de las empresas, hoy está siendo discutido con cada entidad privada por separado, según dijeron ayer distintos voceros. Uno de ellos, de importante rol en la actividad gremial empresaria del sector, le confirmó a Tiempo que las reuniones individuales se vienen desarrollando normalmente después de que las anunciara el ministro de Economía, Axel Kicillof, el martes de la semana pasada.
En otra de las grandes compañías confirmaron también el dato de los encuentros bilaterales. Este vocero hizo hincapié en el celo que las partes acordaron poner en el cuidado de la información cuando señaló que "nadie quiere jorobar al gobierno" porque "es un momento difícil para hacer declaraciones públicas".
Finalmente, un referente de una de los principales jugadores del sector señaló –en off the record, como sus pares antes citados– que en esta nueva etapa de las negociaciones "tuvimos reuniones muy buenas" por lo que las charlas están ganando "un tinte positivo", definió.
La liquidación de divisas llegó en la última semana a los U$S 386 millones, un 3,65% menos a la registrada en el mismo periodo del año pasado. En el acumulado del año, la liquidación de divisas es un 3,5% menor a la de 2013, lo que indicaría que los productores siguen reteniendo la cosecha vieja y que siguen especulando con una posible devaluación del peso.
Fuente: Tiempo Argentino