La campaña evidencia el acoso del comportamiento climático
Sin haber entrado en el perÃÂodo crÃÂtico, la campaña ya evidencia el acoso del comportamiento climático. El panorama para la soja no es menos exigido desde el punto de vista ambiental, pero su balance hÃÂdrico es más favorable.
Los dos cultivos principales están transitando la campaña bajo exigencias importantes, con altas temperaturas y un nivel de reservas ajustado, el maíz es el más comprometido por este contexto deficitario. Partiendo del nivel actual de reservas puede estimarse la demanda de lluvias para el maíz y la soja. Es decir las lluvias necesarias para que ambos cultivos logren alcanzar un nivel adecuado de humedad.
Así lo reportó la Bolsa de Cereales de Entre Ríos mediante su sistema de información agrícola donde, además, destacó que con este ejercicio se identifica un escenario diferenciado de demanda. Si bien el mismo a campo es evidente, es interesante tomar una mirada regional a través de los mapas de requerimientos hídricos para evaluar donde estamos parados y como se proyecta la campaña.
Según señala el Siber, el ejercicio para calcular la demanda de agua de maíz se hace suponiendo que los mismos han podido sembrarse en fecha en los distintos sectores de la región pampeana. Haciendo esta salvedad, y en una mirada de gran escala podemos el Siber identifica un nivel de demanda del orden de los 100 milímetros para que a finales de enero el cultivo se encuentre con las reservas normalizadas. Sin embargo esta situación ideal no condice con las perentorias necesidades del cultivo y tampoco con los pronósticos de corto plazo. "Se están previendo precipitaciones para el lunes, pero posiblemente las mismas tiendan a preferenciar la mayor parte de Buenos Aires y en todo caso el sur de la zona núcleo. Consecuentemente y más allá de las mejoras parciales que se vayan logrando, el balance hídrico del maíz parece encaminado a sostenerse deficitario. Salvo los cuadros bajo riego, sólo algunos corredores lograrían recibir las lluvias necesarias hasta finales de mes. En principio vemos una situación donde el cultivo ya está condicionado por el estrés ambiental, pero sería muy oportuno que se concreten lluvias para evitar pérdidas de una magnitud que perfore el llamado nivel de indiferencia" indica el informe.
A su vez, señala que el panorama para la soja no es menos exigido desde el punto de vista ambiental, sin embargo su balance hídrico es más favorable y si bien las últimas jornadas el mismo viene siendo deficitario, el nivel de lluvias para equilibrarlo no es tan improbable de satisfacer como el de maíz.
El Siber indica que "una primera impresión permite notar una clara diferencia respecto del maíz. Aún podría esperarse de manera razonable que en la segunda quincena se alcancen lluvias del orden de los 60 milímetros, al menos la estadística pluvial no se aleja demasiado de esta demanda. Los cultivares de soja que lograron un buen desarrollo con las reservas de noviembre y se aliviaron las lluvias de la transición interanual, no se mueven en un escenario tan complejo. Las sojas tardías que se sembraron en la segunda quincena de diciembre, posiblemente estén sufriendo más la falta de agua".