Forestación Rural: una práctica para tener en cuenta
La forestación es una práctica no muy difundida en la âPampa Húmedaâ de nuestro paÃs.
Sin embargo, hay alternativas para aprovechar en toda la zona Las excelentes bondades agrícolas de los suelos de la zona núcleo de Argentina, acompañado de buenos régimen de lluvias, y precios compensatorios de ciertos granos, a predispuesto a los productores agropecuarios a no diversificar sus producciones dentro de sus propios campos. Sin embargo, cuando se analizan que alternativas productivas se pueden incursionar en un campo agrícola sin alterar las matrices rotacionales de los cultivos, vemos que la forestación es una buena opción a desarrollar en mediano o largo plazo. Cuando el productor imagina practicar una forestación, pensamos en plantar algunas hectáreas en cobertura total, o sea en macizo. Idea que surge de lo que se ve normalmente en zonas netamente forestales, donde predominan montes de distintas especies, cubriendo importantes cantidades de hectáreas. Sin embargo, una práctica muy interesante que se está imponiendo en la región núcleo pampeana, es el arbolado en las orillas de los alambrados, tanto perimetrales como divisorios internos, con especies que estarán en condiciones de ser cortadas a los 10 o 15 años. A esto le puede sumar las ventajas que producen los arbolados en cortina, frenando los vientos, y provocando una mayor oxigenación ambiental. Si se desea hacer un análisis económico a futuro como proyecto productivo, tendremos la ventaja de contar con leyes tanto nacional, como algunas provinciales, de Apoyo Económico no Reintegrable a los Bosques Implantados. Esta ley, actualmente en vigencia, (Ley Nacional N° 25.080), permite al forestador obtener un apoyo económico subsidiado, que le permitirá solventar los costos e inversiones de implantación, y gastos hasta la tala de los árboles. Ventajas y desventajas de este sistema de arbolado. Según un informe de Alter Consultora considerando que se tienen en las costas de los alambrados un espacio ocioso, con tierras de excelente fertilidad, se puede hacer una forestación con árboles de hojas caducas, como ser álamos, fresnos, sauces, o paraísos. También las distintas variedades de pinos, se adaptan muy bien a estos suelos y clima, aunque son de más lento crecimiento, y poseen hojas perennes. La plantación puede realizarse a unos cuarenta centímetros del alambrado, en la parte interna del lote, o externa cuando son caminos municipales en que esté reglamentada una forestación. De esta manera no interfiere en las labores culturales que se practiquen en los lotes, ni así tampoco en el desarrollo de los cultivos. Anualmente el desfoliado natural de los árboles, permite aumentar la materia orgánica en los suelos, que a futuro mejorará la calidad y fertilidad de los mismos. La calidad de las maderas que se obtendrán le las especies antedichas, es superior a otras variedades, contando con una demanda importante en la industria maderera. Si la forestación fuera hecha con eucaliptus, hay que tener en cuenta la orientación de las hileras, debiendo ser estas inexorablemente de este a oeste. Si la orientación fuera distinta, al no poseer hojas caducas, con el paso del tiempo puede ocasionar un sombreado en los cultivos adyacentes. Los eucaliptus, se pueden implantar perfectamente en suelos con no muy buenas aptitudes agrícolas, (cañadas no muy salitrosas, campos bajos, etc), tanto en macizos como en cortinas, teniendo un desarrollo muy rápido, lo que permite a partir del 3° o 4° año de implantado, realizar un manejo silvo- pastoril con ganadería. Estos árboles pueden ser talados varios años antes que las anteriores especies citadas. El marco de plantas de eucaliptus será de unas 1.000 plantas por hectárea, y si se planta en cortina, la distancia entre planta y planta puede ser de 3 metros, ampliándose hasta el doble de distancia si se quiere un árbol de mayor volumen y diámetro, pero de más lento crecimiento. La madera de esta especie se utiliza principalmente para producir pasta de celulosa para fabricación de papel, o postes para distintos usos. Las mismas distancias de plantación, podemos adoptar para las otras especies. Una práctica que es importante desarrollar antes de plantar, es la de subsolar el suelo, a una profundidad no menor a los ochenta centímetros, para que en un futuro las raíces de los árboles puedan desarrollarse en profundidad sin obstáculos. La preparación del suelo como en cualquier práctica forestal, debe ser hecha con tiempo y dedicación, para que al momento de plantado tengamos un terreno parejo, limpio, y con reserva de humedad.
Fuente: On24