Para el FMI y el G-20, YPF es una cuestión bilateral
Este viernes Argentina logró su primer triunfo diplomático en su disputa virtual con España por la nacionalización de YPF, quizá donde menos lo esperaba.
Para España todo esto fue considerado una especie de derrota, ya que buscaba que sea este organismo el que condenara abiertamente a la Argentina por su decisión y llamara a reveer la decisión.
En un cónclave de los ministros de Economía del G-20, donde participó el argentino Hernán Lorenzino, el español Luis De Guindos, el mexicano José Meade y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, entre otros, donde el gobierno de Mariano Rajoy buscó que se fijara una posición en contra, con nombre y apellido, por la decisión de nacionalizar la petrolera, el comunicado final sólo impulsa un condena contra los cierres de las economías.
Más temprano el mismo FMI definió al conflicto con el estado europeo como un "asunto bilateral" y como "una decisión de un país soberano". Lo hizo a través del director para el Hemisferio Occidental del organismo, el chileno Nicolás Eyzaguirre, un funcionario que en otras oportunidades no tuvo problemas en criticar diferentes decisiones del gobierno de Néstor Kirchner primero y de Cristina de Kirchner después, especialmente en cuanto a la negativa de las dos gestiones en aceptar las misiones de inspección del FMI.
Para España todo esto fue considerado una especie de derrota, ya que buscaba que sea este organismo el que condenara abiertamente a la Argentina por su decisión y llamara a reveer la decisión. Las cosas resultaron menos violentas para el gobierno de Cristina, y sólo hubo una mención a la necesidad del G-20 de potenciar la apertura de las economía, impedir los proteccionismos e impedir la aplicación de barreras comerciales. Una declaración que en principio afecta más las trabas a las importaciones de Guillermo Moreno que la decisión de nacionalizar YPF.
La posición del G-20 quedó en claro luego del encuentro, durante una presentación a la prensa en la que participaron Meade, Lagarde y el director del Banco central Mexicano Agustín Carstens entre otros. Ante una consulta sobre si el G20 condenará a Argentina, Meade definió al conflicto como una cuestión "bilateral", y describió al grupo de 20 países como un "foro para buscar consensos, impedir el cierre de economía, razonar políticas multilaterales y fomentar el libre comercio sin proteccionismos". Puntualmente, sobre el tema YPF dijo que se trata de una cuestión "bilateral que deben resolverse entre los países".
Luego del encuentro fue Luis de Guindos, el que dio su versión. El ministro de Economía español interpretó la condena al proteccionismo como un mensaje a la Argentina ya que según su visión "condenar el proteccionismo es una manera de exaltar importante de garantizar las inversiones y evitar las decisiones proteccionistas".
Según De Guindos, "la sensación general es de apoyo al gobierno español en este conflicto" y definió nuevamente a la medida de nacionalizar la petrolera como "un error grave que afectará no sólo a la economía española, sino más a la Argentina y Latinoamericana".
Según De Guindos, ante una pregunta de este diario, "se trata de una decisión injusta, no solamente para un empresa sino para el entorno de seguridad jurídica en la que debe moverse la economía mundial". Dijo finalmente que España llevará el conflicto a todos los foros posibles, incluyendo la próxima cumbre del G-20 de Los Cabos, donde "habrá que ver quien está apoyado y quien en minoría".
FMI
Este viernes Argentina logró su primer triunfo diplomático en su disputa virtual con España por la nacionalización de YPF, quizá donde menos lo esperaba. "Lo que esperamos es que, por el beneficio tanto de Argentina como de la región, la nacionalización se dé en un ambiente de acuerdo entre las dos partes", dijo Eyzaguirre en una rueda de prensa durante las reuniones de primavera en Washington del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
El economista chileno habló así, luego de varias conversaciones directas con funcionarios argentinos en las últimas horas, incluyendo el ministro de Economía Hernán Lorenzino y el secretario de Financiamiento Adrián Cosentino. Ambos lograron que el funcionario del FMI separara la cuestión de la nacionalización de YPF de las cuestiones del país con el organismo financiero internacional, lo que implica un dato no menor: del otro lado jugaba en contra la cercanía personal de Mariano Rajoy con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Igualmente alguna crítica a la decisión argentina logró filtrarse, pero a título personal. Fue la del director del Departamento de Investigaciones del Fondo Monetario, Thomas Helbling quien señaló que "en general las intervenciones estatales hacen que el clima de inversiones sea menos predecible. Las expropiaciones de empresas no favorecen las inversiones para el crecimiento a largo plazo".
Las declaraciones conciliadoras con Eyzaguirre cayeron como una bendición en la delegación argentina. Igualmente habrá momentos tensos en la relación con el organismo entre el gobierno de Cristina de Kirchner y el FMI. Eyzaguirre volvió a hablar de la necesidad de avanzar en la medición de la inflación y en la credibilidad del INDEC y, obviamente, en la apertura de las cuentas públicas para el envío de una misión relativa al artículo IV del estatuto del FMI.
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