El 25% de las vacas se encuentra en zona de sequía
El 25% del stock nacional de vacas se encuentra en zonas bajo condiciones de sequía clasificadas como “severa” a “extrema”, lo que equivale a unos 5,6 millones de vacas.
Así lo reveló un cálculo realizado en base la clasificación por condición de sequía que publica el SISSA (Sistema de Información de Sequías para América del Sur), apoyado en el último dato disponible de stock ganadero.
En 2022, la faena de vacas registró un total de 2,38 millones de cabezas, equivalentes al 10% del stock inicial de dicha categoría, indicó el Rosgan.
Durante la seca de 2009, la faena de vacas marcó un pico de 3,175 millones de cabezas, equivalentes al 14% del stock registrado en aquel entonces. De un año a otro, la seca se cobró unas 365 mil vacas más que debieron ser enviadas a faena.
Al extrapolar el ritmo de faena que se viene registrando en los últimos meses y dependiendo de cuánto tiempo más se prolongue esta seca, la faena de vacas podría alcanzar este año entre 2,7 y 2,9 millones de cabezas.
Esta sobreoferta de vacas, que ya está llegando al mercado sin una tracción equivalente por el lado de la demanda, conduce indefectiblemente a un derrumbe de valores, especialmente para este tipo de hacienda liviana que necesariamente debe salir de los campos.
En efecto, durante la última semana, los valores de la vaca de conserva en el Mercado Agroganadero llegaron a marcar pisos de hasta $150 el kilo, prácticamente los mismos pesos corrientes o menos que los pagados un año atrás, luego de una inflación cercana al 100%.
Comparativamente, el novillito liviano que, un año atrás cotizaba a $300 el kilo en esa misma plaza, hoy se coloca a $540 el kilo, esto es un 80% de incremento interanual. Si bien, sigue perdiendo contra inflación, su evolución resulta mucho más benigna que la de la vaca cuyo valor actual, aplicando esta misma corrección, debería estar rondando los $280 el kilo como efectivamente se ha visto, previo a esta salida masiva de hacienda.
Esta pérdida de valor comercial sumado a la pérdida de kilos logrados en la balanza, son los que en definitiva conducen a un proceso de descapitalización creciente para el productor, que demanda mayores ventas para sostener los ingresos y presiona la gestación de un proceso de liquidación.
Fuente: Noticias AgroPecuarias