La sequía no da tregua y se vive una situación límite
Bajos milimetrajes en regiones del territorio provincial, trajeron un poco de alivio, pero no solucionaron nada.
Se registra una importante mortandad de vacunos y liquidación de buena parte del stock ganadero de pequeños y medianos productores ante la imposibilidad de darles de comer. Las economías regionales pasan por momentos delicados con mermas en los rindes y en el tamaño de la fruta como en el caso de la citricultura.
Horacio Bauer, presidente de la filial de Federación Agraria en Urdinarrain y tambero, orgánico, se refirió a la situación que vive, la falta de pastos, forrajes lo obligó a encerrar las vacas. El tambero señaló que “sembré 100 hectáreas de sorgo de las que solamente me quedaron 13, el resto se secó todo; mientras que en las pasturas donde teníamos alfalfas en tréboles no quedó nada. Los campos se han transformado en desiertos y nos vimos obligados, en la última semana, a encerrar el rodeo lechero. Tenemos silos en base a sorgo y algo de pasturas que pudimos hacer en diciembre. Reservas que nos permiten seguir al menos por un mes. Rollos, detalla, no pudimos hacer, solo de cola de avena trillada que es lo que le estamos dando a las vacas secas, vaquillas preñadas con un poco de silo; mientras que a la vaca de tambo la estamos reforzando con alimento balanceado. Unos 6 kilos, más 5 de expeller de girasol, más 4 de afrechillo de arroz y algo de silo, dado que tenemos que hacer durar el silo de sorgo y de pastura todo lo que se pueda. No logramos hacer silaje de avena porque la misma tenía 20 centímetros de alto, razón por la que se hizo rollos que ya se consumieron”.
En cuanto a los rindes de las vacas en ordeñe, dijo que “bajaron un 20%, siendo el estado corporal de las vacas, se mide de 1 a 5, de 2,5, perdiendo en este último mes medio punto”.
Contó que “la pérdida de los verdeos de verano fueron totales a lo que debe sumarse un 90% del sorgo para silaje, quedando más que claro que para el invierno no nos queda nada. Solo aguardar que llueva y poder volver a sembrar un poco de sorgo, algo de avena para poder hacer silo en los meses de abril y mayo”. Señaló que “los subproductos se están encareciendo debido a que la demanda es fuerte y firme porque el 90% de los tambos en la provincia tiene la hacienda encerrada al no quedar nada de pasto”.
Cerró diciendo que ha “tenido problema de abortos en las vacas por el stress calórico en el orden del 15% “.
Martín Rigoni, Presidente de la Asociación de Citricultores de Villa del Rosario señaló que “como todas las producciones la sequía pegó muy fuerte en los últimos 2 meses. El faltante de agua, impacta directamente en los rindes, especialmente en el tamaño de la fruta que en un buen porcentaje no llega con lo deseado para lo que es el mercado interno y esa fruta termina siendo destinada a la industria. Muchos lotes terminaron por debajo de los rindes óptimos el año pasado y se espera lo mismo para este 2023 con el agravante de que son dos los años consecutivos que venimos sufriendo la sequía. Productores que no tuvieron una buena temporada el año pasado realizaron menos labores en lo que a poda, abono, se refiere, además la fertilización disminuyó bastante, al igual que las aplicaciones preventivas”.
Acotó que “se presentan dificultades para llegar al tamaño deseado, especialmente en las variedades tempranas; mientras que las tardías llegan un poco mejor, aunque no la que normalmente se alcanza en la recolección”. Detalló que “en la zona a fines de marzo y principios de abril empieza la campaña que en esta temporada por lo ya enunciado arrancará seguramente un mes más tarde con todo lo que eso conlleva. Hay mucha gente desocupada debido a que fue muy corta la campaña”. Por otro lado, “tenemos una disminución de fruta por el quemado de las mismas debido a las altas temperaturas, inclusive en quintas que cuentan con sistema de riego, en horas del mediodía o primeras de la tarde, uno pasa y es como si no hubiese recibido agua. La situación es desesperante y aguardamos por lluvias intensas”, concluyó.
Juan Balbi, Presidente de las Cooperativas Agropecuarias Federadas de Entre Ríos (Cafer) señaló que “vivimos una situación muy preocupante, por no decir desesperante, con el tambo que tenemos en San Cristóbal II en el departamento Nogoyá. En la primavera, generalmente, con un excedente de pasto, es el momento del año en el que se confeccionan las reservas para transitar todo el otoño-invierno del año siguiente, pero con esta sequía que ya lleva tres años, venimos flojos de forraje y pastos desde hace un tiempo. En nuestro caso invirtiendo en rollos que hasta hace dos meses atrás se conseguían y que nos permitían seguir peleándola, pero el problema en los últimos 70 días se agudizó profundamente. La sequía ha llegado a un punto límite y en nuestra zona prácticamente no ha quedado nada en materia de pasturas; mientras que las aguadas naturales, arroyos, tajamares y lagunas están secas, en tanto que muchos pozos también se han secado. Las pocas reservas que teníamos y aquellos que les quedaba del año pasado ya se han consumido”.
El cooperativista y productor resaltó que no tienen “reservas y lo peor del caso es que en lo inmediato no vamos a tener”. Indicó que “en la zona tenemos muchos lotes con maíces que no sirven para grano y los productores con tal de no atenuar las pérdidas de lo que es semilla, fertilizantes y otros insumos los han dado a la venta a tamberos, ganaderos y encierres a corral. Se han comprado algunos lotes para picarlos y de esa manera darle –algo- a la hacienda. Las picadoras se cruzan en los caminos de un campo a otro”. Dijo que “gran parte se ha picado a un costo elevado, teniendo en cuenta de que se va a embolsar algo que no es de calidad, que tiene poco y nada de grano, lo que provoca que el costo de materia seca de ese insumo sea carísimo, pero es la única opción que tenemos”. Indicó que el productor “no sabe cómo va a seguir”. Recordó que en la zona de Nogoyá y Paraná Campaña “muchos tambos son llevados adelantes por familias que se abocan a esa tarea, familias que están preocupadas porque los ingresos van a ser flacos. La única esperanza es que lleguen lluvias que nos permitan sembrar a fines de febrero algún verdeo para el otoño-invierno, porque las reservas que no se hicieron en su momento se perdieron”. En cuanto al dólar soja sostuvo que “lo único que hizo fue descomponer de alguna manera una situación de estabilidad que es el mercado. Ahora nos encontramos con que se ha liquidado una gran parte de la soja que al gobierno le vino bien por los dólares que le ingresaron, pero no hay que dejar de manifestar que esto distorsiona el mercado, además de generarnos un problema más porque los subproductos y el alimento balanceado se fueron para arriba encareciendo el costo, conformando las medidas destacadas y el clima un combo muy preocupante”.
Finalmente, Sebastián Klug, Director de la Juventud Agraria de FAA Entre Ríos, productor de la zona de Bovril indicó que “la situación es similar al del resto de la provincia. Estamos muy complicados. La última lluvia significativa fue antes del 20 de diciembre, después unas garúas a principios de enero que no alcanzaron los 4mm. No queda pasto en los montes. Los mismos están pelados. Se aprecian los árboles y el suelo desnudo. Lo único que se ve son bostas de vaca y si se encuentra algo de pasto, el mismo está seco, no tiene nada de sustancia. Las aguadas naturales se secaron por completo y se están dando algunos problemas en los pozos debido a que las napas en las últimas tres semanas bajaron un metro y medio. Algunos productores hicieron rollos con algunas alfalfas que estaban con el último rebrote de diciembre, pero esto se terminó porque prácticamente se los sacaron de las manos por la necesidad de tener algo que darle de comer al rodeo; mientras que las pocas reservas de picado de maíz que se lograron hacer fueron de poca calidad ya que no granó el maíz”. En materia de agricultura dijo que “las sojas están muy complicadas, no crecen y se están empezando a secar las primeras hojas y hay ataques de arañuelas”.
Fuente: faaentrerios.com.ar