El dólar soja 2 profundizó los números en rojo de feedlots
El nuevo tipo de cambio impactó en los costos de insumos derivados de trigo y maíz. Por cada novillo engordado, pierden más de $ 40.000.
Además, se suma la presión que representa el reacomodamiento de precios en la invernada. Por cada novillo engordado, pierden más de $ 40.000.
En diciembre los feedlots profundizaron sus números en rojo, empujados por una seca implacable, falta de acceso al crédito y una recomposición en el precio de la invernada. A estos factores, se debe añadir el nuevo “dólar soja”, el tipo de cambio preferencial en $230 para las ventas de soja, vigente hasta fin de año.
Los números negativos en la rentabilidad de los corrales empeoraron con el correr de los meses. En noviembre, la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) estimó que por cada animal engordado se perdían $30.500, entre costos productivos y financieros. Este mes, la cifra aumentó a $41.400 por cabeza y en tres meses, la brecha se amplió en $20.000.
“Es un cierre de año para el olvido”, remarcó Fernando Storni, presidente de la entidad. En diálogo con Infocampo, recordó que en el primer cuatrimestre del año la recomposición en el precio del gordo permitió equilibrar los números de la actividad. Este equilibrio se desmoronó ante la persistencia de la sequía.
La falta de lluvias se tradujo en un incremento en los stocks de los feedlots, a partir de encerrar hacienda a causa de la seca. Con esta estrategia, se apuntó a descomprimir la vaca de manera anticipada, para liberarla del requerimiento que representa el ternero en pie.
EL ENCIERRE SUBIÓ
Los números de la CAF ratifican este escenario de mayor presencia de cabezas de ganado en los corrales. Si bien en la comparativa interanual de diciembre los ingresos fueron similares, este año será mayor. En 2021 el encierre promedió el 58,7%, mientras que en 2022 finalizará en 62,4%.
Storni advirtió sobre los efectos de las políticas oficiales para estimular el ingreso de divisas del complejo agroexportador. “Nos pega lo que sucede con el dólar soja, que genera una suba de los insumos derivados del trigo y maíz”, reconoció.
A estos factores, se suma la firmeza en los valores de la invernada, luego de un período de retracción en sus cotizaciones. “No obedece al negocio, sino a expectativas futuras en la recomposición del gordo”, consideró.
En paralelo, sostuvo que el negocio feedlotero no escapa a la coyuntura compleja que atraviesa la ganadería, a partir del menor poder adquisitivo de los consumidores en el mercado interno y la caída en los precios de la tonelada exportada a China.
Fuente: Infocampo