El 90% de los pollos producidos van para consumo interno
El mercado aviar argentino presenta una marcada inclinación hacia el consumo interno, ya que el país posee un consumo per cápita sustantivamente alto.
Sin embargo, debido al gran volumen de producción, parte de ésta se exporta a varios países del mundo. De hecho, la ratio exportaciones/ producción es del 9,6%, haciendo que el 90,4% de lo producido sea consumido internamente.
Si bien se observa que la faena, la producción y el consumo aviar en el primer semestre de 2022 ha disminuido muy levemente respecto al primer semestre del año previo, este sector en general muestra una buena dinámica en el corriente año. Se espera que las exportaciones exhiban un avance de cara al 2023.
La mayor parte de los pollos de engorde argentinos son producidos por grandes empresas integradas verticalmente que gestionan la mayor parte de las diferentes etapas de la producción de carne aviar, desde la crianza de reproductoras pesadas hasta la comercialización, productos procesados y subproductos de la industria.
Según datos recogidos de Coninagro, en Argentina existen aproximadamente 6.500 granjas productoras; las cuales se ubican mayormente en Entre Ríos y Buenos Aires, con el 83% de la producción registrada en esas dos provincias.
A su vez, la faena total en promedio en los últimos cinco años ha traspasado la barrera de los 700 millones de animales. Durante el primer semestre de 2022, la faena representó 367 millones de cabezas, un 2% por debajo del primer semestre del año anterior. En tanto que la producción dejó en los primeros seis meses un total de 1,12 millones de toneladas de carne aviar.
Según datos oficiales de julio; en los primeros siete meses de 2022 la faena aviar superó los 430 millones de cabezas, un 1% superior respecto al mismo período de 2021, donde la faena alcanzó los 425 millones de cabezas.
En base a los datos extraídos del informe de Avicultura y Producción Anual de Argentina elaborado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, puede afirmarse que, durante los primeros ocho meses de 2022 la producción de carne aviar creció alrededor de un 2% en comparación con 2021.
Los datos del primer semestre indicaban un volumen de producción de carne aviar que totalizaba 1,12 millones de toneladas, lo que significa una disminución del 2% respecto del mismo período de 2021. Es curioso mencionar que, en el mes de mayo de 2022, la producción exhibió una recuperación de 1,6% frente al año anterior.
De esta manera, se aprecia una relativa estabilidad en los niveles de actividad del sector avícola en general, con una leve tendencia positiva para los indicadores de comercio exterior.
Además, el mismo informe proyecta que la producción de carne de pollo para 2023 aumentará un%, a 2,38 millones de toneladas, como consecuencia de una mayor demanda tanto interna como externa. A su vez, indica que la capacidad instalada es aún mayor, y que el sector tiene margen para aumentar la productividad hasta más allá del 10% con la adecuada inversión.
En este sentido, la producción ha aumentado para satisfacer la demanda interna, en un contexto de inflación y de sustitución de otras carnes con el objetivo de obtener proteína por parte de los consumidores locales.
La evolución de la producción a lo largo de los últimos años marca que se trata de un mercado que crece, pasando de producir 1,8 millones de toneladas en junio de 2016, a casi dos millones en junio de 2022.
Un dato de interés que se desprende de observar la producción aviar por mes es que el mercado avícola posee un factor estacional que se repite año tras año en los meses de febrero. En el segundo mes del año se reflejan niveles de producción inferiores en aproximadamente 10.000 toneladas (-3,5%), respecto al resto de los meses, para luego estabilizarse en un valor promedio de 190.000 toneladas por mes.
Según la Cámara Argentina de Productores Avícolas, esto se explica por un factor estacional que ocurre todos los meses entre enero y febrero. Luego de las fiestas de diciembre, se produce un manejo con el animal que se denomina “muda forzada” y éste deja de poner huevos.
Este faltante de huevos limpia todo el mercado, junto con el excedente producido en el período de las fiestas. Con las pascuas llegando a inicios de abril, ya desde mediados de febrero comienza la demanda de la industria para los panificados de pascuas, acelerando así el ritmo de consumo que se condice con una menor oferta disponible.
Este fenómeno produce una reducción y rigidez estacional de la oferta debido al menor volumen de producción. Esto impacta en los precios, tanto de los pollos como de los huevos, para equilibrar la demanda.
La inflación presiona a los productos avícolas
En este tema, el precio minorista del pollo verificó un incremento interanual del 87 por ciento, comparando primer semestre de 2022 con mismo período de 2021. Asimismo, la variación intermensual fue del 6%, superando los aumentos de la carne vacuna (2%) y la porcina (0%).
Esto, en parte, va de la mano con la elección de los consumidores de una proteína animal más barata en términos relativos, produciéndose a lo largo del año un claro efecto sustitución de la carne vacuna y porcina por la aviar, generando como resultado una demanda en ascenso que presionó al alza las cotizaciones de los productos avícolas.
Este nuevo precio de equilibrio entre oferta y demanda todavía es más competitivo para el consumidor local, si se lo compara con los precios actuales de sus sustitutos cárnicos.
Además de las presiones inflacionarias y el mencionado efecto sustitución, los factores que explican estas alzas pueden analizarse tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda.
Se registró un aumento en los costos de los insumos y de los procesos del sector productivo, cuya suba se concentró en los insumos alimenticios, principalmente granos, como maíz, sorgo y menormente derivados de soja, los cuales en el transcurso del 2022 han exhibido amplias subas, de alrededor del 20%, para los productores de animales.
Además, otro insumo que el sector destaca como factor de presión en términos de costos es el aumento de precios del cartón, la mano de obra y la electricidad, que también han experimentado subas a lo largo del año.
Por otro lado, desde el punto de vista de la demanda, el consumo ha presentado incrementos paulatinos año tras año, con crecimientos en las ventas internas y externas de productos avícolas. De esta forma, la presión de la demanda sumado a las restricciones de oferta y las subas en los precios de los productos sustitutos cárnicos que se dieron a inicios de año, resultaron, en conjunto, en mayores cotizaciones de los productos avícolas de cara al mercado local.
Fuente: Bolsa de Cereales de Rosario