Tres claves para entender la crisis del gasoil
La producción, las importaciones y la demanda van por caminos disímiles y eso dificulta una pronta solución para la escasez que se sufre en casi todo el país.
“¿Qué está pasando con el gasoil en Argentina?”, se titula un estudio que dio a conocer este viernes, en el marco de su Informativo Semanal, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En el mismo, intenta una explicación para la crisis que se está viviendo con el abastecimiento del combustible, con 23 de 24 provincias donde no se consigue o hay cupos para cargar.
1. PRODUCCIÓN
La producción de gasoil en Argentina se ubicó en torno a 4,1 millones de toneladas en los primeros cinco meses del año, prácticamente sin cambios con respecto a 2021.
Pero si se analiza mes a mes, lo que se observa es una fuerte volatilidad. Por ejemplo, febrero fue el peor mes desde 2014, sin computar el período de pandemia, en un proceso en el que habría incidido una parada técnica programada en la refinería de Campana (Axion Energy), mientras que la refinería en Campo Durán (Refinor) estuvo parada en gran parte de marzo.
Pero superadas estas situaciones, la generación del combustible creció de manera fuerte, al punto de que el volumen de mayo fue el más alto desde enero de 2011.
2. IMPORTACIONES
La oferta, en tanto, se fortalece con las importaciones, que se duplicaron: entre enero y mayo de 2021, no superaron el millón de toneladas, mientras que en la actualidad ya rompieron la barrera de las dos millones.
De este modo, “considerando la producción de gasoil en conjunto con el volumen importado en lo que va del año, la oferta de gasoil se encuentra más de un 22% por encima del año pasado. Este dato se vería ampliado aún más si consideramos que los stocks de gasoil al iniciar el 2022 estaban casi un 30% por encima del almacenamiento del 2021”, destaca el reporte.
3. DEMANDA
La pregunta, entonces, es: ¿por qué si hay más oferta de gasoil, hay problemas tan grandes de abastecimiento? La respuesta está en que la demanda creció más: 27%.
En primer término, la demanda de gasoil para generación de energía en estos primeros cinco meses del año se incrementó con fuerza, pasando de representar el 14% -en el 2021- a más del 21% del consumo nacional de gasoil en el 2022.
“La falta de gas natural para generar energía estimuló un alza en el uso de gasoil para dicha producción”, explica la BCR.
En segundo lugar, el consumo de gasoil para transporte, que representa el grueso del consumo interno de este combustible fundamental, creció casi un 18% interanual.
El campo argentino trasladó a los puertos en estos meses la mayor producción de trigo de la historia, mientras que las campañas de soja y maíz se vieron afectadas por La Niña, aunque en un nivel menor, que no impidió que las producciones de estos cultivos fueran altas.
“No conforme con ello, se observó también una mayor demanda de transporte particular en vista del progresivo retiro de restricciones por la pandemia y un importante repunte de la actividad económica. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) se ubica un 5,1% por encima del año pasado, dando cuenta del incremento del nivel de actividad en los primeros cuatro meses del año”, agrega la BCR.
¿SIN SOLUCIONES?
En resumen, este complejo escenario se contextualiza en un marco de:
•A) La producción de gasoil no logra sostener una tendencia creciente.
•B) Fuerte repunte de las importaciones.
•C) La necesidad de gasoil para generar energía eléctrica por falta de gas natural, en conjunto con un mayor consumo por una actividad económica creciente, presionan a la baja los stocks de gasoil.
Ante este contexto, otra pregunta es si más importaciones no serían la solución definitiva, y allí es donde se encuentra un problema: los precios internacionales del combustible.
“Los precios de importación del gasoil han mostrado una tendencia fuertemente creciente en los últimos meses, que alcanza el 70% de enero a mayo de este año, superando por mucho el alza de los precios internos del gasoil, valuados al tipo de cambio de referencia “A” 3500 del BCRA”, detalla la Bolsa rosarina.
Y concluye: “Consecuentemente, existe un desincentivo económico a importar gasoil y venderlo en el mercado interno en vista de la dinámica alcista de los precios internacionales, no haciéndolo viable económicamente”.
Fuente: Infocampo