PodrÃa disminuir la producción de frutillas en Santa Fe
Como consecuencia de la bajante histórica de la cuenca del Paraná, el río Coronda incrementó su salinidad y disminuyó la calidad del agua.
Por esta situación, peligra la producción de más de 300 hectáreas de frutillas. Las pérdidas podrían oscilar entre el 40 y el 70 %.
Coronda es unas de las principales zonas de producción frutillera del país. Con más de 300 hectáreas plantadas, esta localidad es la segunda productora nacional del cultivo después de Tucumán. El 80 % de los productores utiliza el agua del río Coronda para el riego de frutillas.
Este río en condiciones normales mezcla aguas de la laguna Setúbal y el río Salado. Sin embargo, en las actuales condiciones de bajante de la Cuenca del Paraná, toma su principal caudal del río Salado. Como consecuencia, aumenta su salinidad y disminuye la calidad del agua que los productores utilizan para el riego del cultivo.
“La frutilla es un cultivo delicado que demanda mucha agua para crecer”, aseguró María del Huerto Sordo, especialista del INTA Monte Vera –Santa Fe–, quien expresó que históricamente el río Coronda tuvo una excelente calidad y por eso la mayor parte de las quintas están ubicadas a sus orillas.
De acuerdo con la especialista del INTA, las frutillas necesitan agua con baja conductividad eléctrica y un PH bajo. “Los valores de conductividad en los cuales la frutilla tiene los mejores rendimientos son de 0,5 a 1 Ds/cm”, indicó Sordo y agregó: Actualmente, estamos teniendo valores que varían de 3,8 a 4,5 Ds/cm que están muy por encima de los requerimientos del cultivo”.
La concentración de sal genera graves inconvenientes en la producción, tanto en el rendimiento de las plantas como también en su deterioro y su calidad. “La reducción de rendimientos puede variar de un 40 a un 70 %, con respecto al promedio histórico de años anteriores”, afirmó la especialista.
Con respecto a los principales síntomas visibles, Sordo explicó que “cuando ingresamos a una quinta con producción de agua salada, lo que vemos a simple vista, son las hojas marrones y bien quemadas de las plantas. Esto provoca que el crecimiento de la planta vaya disminuyendo, produzca menos cantidad de flores y por ende menor cantidad de frutas”, subrayó.
Ante este panorama, el INTA junto con instituciones del sector, brindan recomendaciones de diferentes técnicas paliativas para minimizar el impacto . En este sentido, Sordo recomendó la “utilización de agua subterránea, cosecha del agua –en caso de presentarse lluvias–, uso de algunos productos para bajar los niveles de sal y uso de bombas de osmosis inversa, una tecnología demasiado costosa, que no está al acceso de todos los productores”.
Por su parte, María Belén Sierra, subsecretaria de Producción de la Municipalidad de Coronda, hizo hincapié en que “la situación es muy preocupante”. En ese sentido, la bajante del río Paraná tiene un impacto muy negativo en la producción de frutillas de la zona. “Es la calidad del agua lo que nos permitió posicionarnos como ciudad capital de la frutilla por variedad y calidad de ese cultivo. Hoy eso no ocurre y tenemos nuestros sistemas de riego colapsados por la salinidad del agua”, expresó.
Más adelante, Sierra explicitó que “esto impacta en reducción de cantidad de frutillas cosechadas y, por ende, en la disponibilidad de fruta fresca en el mercado y en la industria”. Y añadió: “Es un impacto negativo en lo económico y en lo social porque se va a emplear menos mano de obra para el trabajo relacionado a la cosecha”.
Fuente: BCR News