Entre RÃos cuenta con fuerza productiva de 348 cooperativas
El asociativismo tiene historia en Entre Ríos, tiene arraigo a través de empresas cooperativas que han superado el siglo de permanencia y crecimiento y sigue abriendo matrículas que unen fuerzas entre trabajadores asociados o se expanden creando mano de obra.
Existen cerca de ochocientas cooperativas matriculadas, muchas de ellas serán canceladas por hallarse inactivas y otras se hallan en proceso de regularizar sus matrículas, en tanto, las que se hallan activas son 348, según informó a Paralelo 32 el Dr. Ricardo Etchemendy, titular del Instituto Provincial de Cooperativas y Mutualidades de Entre Ríos (IPCYMER). Las más numerosas son las de servicios públicos (agua potable), de obreros de la construcción y agropecuarias.
Entre las 348 matriculadas y activas se cuentan 80 de las conocidas como cooperativas de servicio de agua potable; 67 de la construcción que son contratadas para obras públicas y tienen su núcleo mayor en Gualeguaychú con 33 de estas cooperativas de trabajo en ese Departamento; 47 agropecuarias, entre las cuales hay varias mixtas (agro, servicios, consumo, electricidad, industria); 18 de servicio eléctrico; 26 apícolas; 16 textiles; 14 de reciclado de residuos sólidos y urbanos; 3 escuelas cooperativas; 4 de cultura; además de cooperativas de vivienda, crédito, consumo, trabajo, ha sido creada más recientemente una cooperativa para el cultivo del cannabis medicinal, en función de la nueva ley que permite el cultivo de la planta en forma controlada.
Otras empresas cooperativas atienden necesidades de la producción regional, como lo hace la Agropecuaria Federada de Mansilla, Ltda, que el año pasado, al amparo de la Ley ovina inauguró su frigorífico para la faena de ovinos y cuenta hoy con 28 socios que se desempeñan en distintas funciones, habilitada desde el año pasado para el tráfico provincial, lo que les permite comprar animales y vender cortes de carne en la provincia.
Algunas invierten, obtienen aportes del Estado y arriesgan, otras se constituyen bajo el paraguas del Estado asegurándose el trabajo, como es el caso de las cooperativas de constructores que se forman con subsidios con el único objetivo de trabajar en la obra pública. En este sentido, Etchemendy los insta a abrir el juego y presupuestar también para obras privadas, tomando conciencia de que las obras estatales suelen perder continuidad por distintas razones. El espectro es amplio, genera trabajo y crea oportunidades aún en las localidades más pequeñas, como lo hace la cooperativa textil de Aldea Eigenfeld, por citar solo una que ha dado muestras de buen funcionamiento.
Fuente: Paralelo 32