PodrÃa triplicar la actual exportación de madera
En 2020 se lograron ingresos por 550 millones de dólares. El mejor registro fue en 2011, con 1.085 millones de dólares. Misiones y Corrientes, los grandes jugadores.
El sector forestal y la forestoindustria en general transitan un momento de alta demanda en el mercado internacional, con recuperación sorprendente en medio de la pandemia y con proyecciones que indican que está en condiciones no sólo de superar las mejores cifras de hace una década, sino hasta triplicar.
En 2011, la Argentina -como importantes jugadores Misiones y Corrientes-, llegó a exportar madera por 1.085 millones de dólares. Representó uno de los mejores momentos del sector.
Ahora vuelve a posicionarse con fuerza y según estudios del sector, no sólo podría volver a alcanzar los valores de hace diez años, sino casi triplicar. El año pasado tuvo un importante salto hasta alcanzar los 550 millones de dólares de exportación, pero no representa el máximo histórico, recordó en diálogo con El Territorio Claudia Peirano, directora de Desarrollo Institucional de la Asociación Forestal Argentina (Afoa).
Sostuvo que el sector cuenta con un trabajo en el que sustenta la proyección de la que se está hablando. Se trata del Plan Estratégico Forestal y Foresto Industrial Argentina 2030 que incluye un estudio de la Consultora Afry con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y bajo supervisión conjunta con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Argentina.
Lo que hizo la consultora, explicó Peirano, es “validar los números de inserción global -como lo proyectado por el Plan Estratégico- que puede tener la Argentina”, siempre que se concretaran una serie de inversiones “las exportaciones –de madera y productos de madera- podrían triplicarse hasta llegar a los 2.600 millones de dólares”.
A su vez destacó que el sector está en condiciones de ampliar las exportaciones, con la capacidad actual y además con inversiones, porque la madera está disponible.
El presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) y de la Asociación Maderera, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap), Román Queiroz, coincide en el actual diagnóstico para el sector. Aunque entiende que es “muy optimista” esa proyección, pero no deja de reconocer el potencial que tiene el sector en este momento.
De esta manera, la mayor ventaja que tiene el país es contar con materia prima. De hecho, en el estudio Afry (empresa global que provee servicios de diseño, ingeniería y consultoría) así lo resalta: “En Argentina existen casi 600 mil hectáreas certificadas por el Consejo de Administración Forestal (FSC), (80% en Corrientes y Misiones), y aproximadamente 350 mil hectáreas certificadas por el Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal”.
Explica que la certificación forestal verifica que los bosques son gestionados correctamente y la certificación de cadena de custodia sigue a los productos de madera desde el bosque certificado, y pasando por todo el procesamiento, hasta el punto de venta.
Actualmente la certificación forestal, con todos sus alcances, es la herramienta más utilizada para demostrar y reconocer la sostenibilidad de las operaciones del sector y la cadena industrial.
Justamente el estudio aclara que existen numerosos estándares de certificación a nivel global, pero los más reconocidos son los ya citados. “Hay una disponibilidad de materia prima que con las inversiones necesarias se podrían canalizar tanto en maderas aserradas, mayor valor agregado o la fábrica de papel”, se consignó.
Disminuir importación
La directora de Desarrollo Institucional de Afoa indicó que si se concretara esta industria -que está dentro del proyecto como es el caso de la elaboración de papeles marrones- disminuiría a su vez la importación de este producto “porque Argentina tradicionalmente tiene una balanza comercial negativa, porque importa más de lo que exporta”.
El estudio también hace énfasis en que, a pesar de la vasta riqueza en recursos forestales, Argentina es un importador neto de productos forestoindustriales, en particular, los de mayor valor agregado.
Parte de lo que genera el balance negativo es por la compra de papeles marrones, que sirven -por ejemplo- para embalaje tanto para exportaciones agropecuarias como el comercio digital en general.
De allí la sugerencia de instalar una planta de papeles marrones en la zona donde se encuentra la materia prima. No obstante, de acuerdo a Peirano, el negocio está a la vista y hay países sin materia prima, como Paraguay que anunció una inversión de 2000 millones de dólares para instalar una fábrica de tal naturaleza. Lo mismo que Uruguay que va por su tercera planta de celulosa e igual que Brasil que tiene proyectos de inversiones en los últimos años por 25.000 millones de dólares. “Interés global hay, pero las inversiones no están mirando a la Argentina”, advirtió Peirano.
Recordó además la reciente creación de Confiar, que incluye a toda la cadena del sector, “promueven las políticas que son necesarias para que la Argentina se empiece a posicionar en todo su potencial en el crecimiento forestal y forestoindustrial”.
Explicó que el país lo que necesita es transmitir confianza a los inversores y de esta manera, evitar que se exporten rollos que no está en espíritu del sector. “Lo que queremos es que el valor agregado se genere en el país, para lo cual se necesitan inversiones”.
El presidente de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (Apicofom) Guillermo Fachinello detalló además que el sector puede crecer mucho más, incluso a partir de pequeñas inversiones.
La directora de Desarrollo Institucional de Afoa destacó además que los niveles de crecimiento de productividad como los pinos son los más altos del mundo. “Tenemos infraestructura que se pueden mejorar y mano de obra calificada, o sea podemos expandirnos sobre plantaciones forestales en tierras ganaderas sin afectar al bosque nativo ni tierras agrícolas”.
De esta manera insistió que “tenemos todas las condiciones” para el crecimiento del sector.
Sobre la falta de llegada de inversiones industriales, detalló que son muchos los motivos, “la inestabilidad macroeconómica de la Argentina es uno de los puntos”.
Según el estudio de Afry, unas de las cosas que tiene que hacer la Argentina es generar confianza como país. “Es la primera recomendación como para trabajar en las inversiones, que incluyen acuerdos con otros países, como lo hizo -por ejemplo- Uruguay”, concluyó Peirano.
El estudio realizado por Afry
Afry es una empresa global que provee servicios de consultoría y atiende a diversos sectores. En el trabajo elaborado en el Plan Estratégico Forestal y Foresto Industrial menciona que la Argentina cuenta con muchas condiciones para el desarrollo de clúster productivos de alta competitividad a nivel mundial.
Pero no deja de remarcar que el desarrollo industrial asociado al sector forestal en Argentina se encuentra estancado, habiendo experimentado solamente crecimiento en el desarrollo de la base forestal. Una de las grandes inversiones industriales la realizó Arauco en Puerto Piray hace unas cuatro décadas, en tanto en los últimos quince años recordó Claudia Peirano se produjo un cambio global en el mercado de celulosa y papel donde las nuevas inversiones se hicieron en Brasil, Chile y Uruguay, cuando Argentina estaba llamada a ser parte de esas tendencias, pero esas inversiones nunca se concretaron.
Fuente: Antonio Villalba. Publicado en El Territorio.