De 300 vacunadores contra fiebre aftosa, nueve son mujeres
La primera campaña anual de vacunación contra la fiebre aftosa y la brucelosis finaliza este 15 de marzo en nuestro país.
Entre Ríos tiene una particularidad: son nueve las mujeres que forman parte del staff de casi 300 vacunadores diseminados por todo el territorio inoculando aproximadamente 4.450.000 bovinos. Los testimonios de Gisela Veller y Carla Peust.
“Somos pocas, pero seguro aumentará la participación de mujeres. Estaría bueno que se sumen más en cada campaña, aunque seguro hay quienes quieran hacer este tipo de trabajo y no se animan, tal cómo me paso en un comienzo”, señaló Carla Peust, medica veterinaria y vacunadora contra fiebre aftosa y brucelosis de la Fundación de Lucha Contra la Fiebre Aftosa (FU.CO.FA).
Peust, con 32 años, se ocupa de inocular en la presente campaña alrededor de 147 unidades productivas –cien establecimientos– ubicadas en la zona de Sosa, Tabossi y parte de Viale –departamento Paraná-. “Esta es mi segunda campaña de vacunación en Entre Ríos”, sostuvo.
La profesional comentó que antes de comenzar las tareas a campo, “participe de un encuentro de actualización en nuestra zona, donde eran todos hombres y sólo dos mujeres. Uno cuando trabaja en el campo no lo dimensiona, porque trabajas sola. Vas y dialogas con los productores, vacunas y te volves. Y en ese tipo de reuniones, te das cuenta que somos pocas”, señaló, tras referirse a la capacitación de actualización normativa dictada antes de dar comienzo a la nueva campaña.
En Entre Ríos, se llevaron adelante cinco encuentros para la actualización normativa, tanto para los nuevos vacunadores como para los ya acreditados en otras campañas. Esta capacitación obligatoria por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria –Senasa-, fue dictada en las localidades entrerrianas de Basavilbaso, Villaguay, Gualeguay, Ramírez y Feliciano.
Sobre esta tarea poco habitual realizada por mujeres, la profesional oriunda de Bahia Blanca –provincia de Buenos Aires- que se encuentra radicada en Paraná desde hace dos años destacó que “los productores están acostumbrados a que sea una mujer la que vaya al campo a inocular, no se sorprenden. Quizás corro con la ventaja que la anterior vacunadora también era mujer, una colega de mi edad”.
DE BAHIA BLANCA A ENTRE RÍOS
Sin un vinculo estrecho con la vida de campo, desde sus 12 años sabía que sería medica veterinaria. “Fue un trayecto largo” llegar a Paraná, señaló Peust firmemente al recordar su Bahía Blanca natal. Se trasladó a la localidad bonaerense de Tandil para focalizarse en sus estudios en la Facultad de Ciencias Veterinarias, de la que egresó especializada en producción láctea. “Desde que me recibí me dedique a pequeños animales, pero con el tiempo quise probar que pasa con los grandes animales y vine a hacer un posgrado a Esperanza. Me mude a Paraná al conseguir trabajo. Fucofa fue una buena oportunidad para poder explorar este sector del campo: los grandes animales”.
Sobre cómo llegó a formar parte del ente de vacunación local, la profesional recordó que “había tenido una experiencia muy pequeña mientras estudiaba en la Universidad. Me gusto. Una compañera de Esperanza me comentó que una amiga trabajaba como vacunadora en la zona de Maria Grande y así fue que, cuando me instale en Paraná, me contacte con coordinadores de Fucofa y apareció la oportunidad”.
GISELA, LA PRIMERA DE NUEVE
Gisela Veller es la primera mujer que entró hace 15 años al plantel de vacunadores que integran hoy la Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa. Su pasión nació mucho tiempo antes, incluso cuando se fue desde San José de Feliciano a Paraná a estudiar Administración de Recursos Humanos.
“Me ocupe de la administración de otras empresas, hasta que se me dio lo que me gusta. Por tres meses, hice un reemplazo administrativo en la oficina de FUCOFA, me fui y al tiempo me ofrecieron una zona como paratécnica –garrapatera- y lo acepte. Pero, siempre mi intención fue ser vacunadora, los jefes me decían que ya se iba a dar, hasta que me asignaron una zona, tras la salida de un hombre que tomó otro cargo”, recordó Veller, quien supo inocular en sus inicios 17.000 cabezas.
En un comienzo “la gente se sorprendía de cómo una mujer iba a estar vacunando, parecía que los productores y peones me ponían a prueba. Pero, siempre me respetaron y ayudaron”, dijo.
Productora agropecuaria y criadora de caballos en un campo de 700 hectáreas, continúa con la pasión de su padre, de quien aprendió el manejo de grandes animales. Según Veller, “debería haber más mujeres en esto, más mujeres vacunadoras. En la campaña de vacunación, hay días que salgo a las 6.30 de la mañana y vuelvo a las 23 horas. Esos dos meses en que se vacuna, mi familias y amistades me pierden. Me dedico sólo a mi laburo, porque me encanta, es mi pasión”.
Entre recuerdos y anécdotas de su trabajo como vacunadora, ccomentó que “continuamente te pasan cosas durante las campañas. Recorrer a caballo más de 15 kilómetros con la conservadora para vacunar o ir en tractor cuando los caminos no dan. Ir en moto con lluvia, caerte y embarrarte toda”. Hoy, se ocupa de 45 unidades productivas en el Distrito Basualdo –departamento Feliciano-, zona lindante a Sauce, provincia de Corrientes. Entre octubre a diciembre de 2020, en la última campaña hice un total de 9.720 cabezas”.
INOCULAR EN PANDEMIA
El año 2020 fue atípico y se produjeron fuertes cambios de forma inmediata, las tareas se tuvieron que readaptar bajo determinados protocolos sanitarios para poder llevar adelante la campaña de vacunación contra aftosa. Para Veller fue “chocante” en la primera campaña del año pasado, pero “ya en la segunda campaña de 2020 fue más normal, pero siempre cuidándonos. Antes nos saludábamos con la mano con los productores, ahora no. Mantenemos distancia”.
Peust indica que “tanto en la vacunación como en la práctica profesional diaria, tomamos todos los recaudos, tales como el uso de barbijo, guantes, alcohol en gel y la distancia”. Este año, los paratécnicos cuentan con la experiencia para realizar un trabajo acorde.
El Presidente de la FUCOFA, Med. Vet. Claudio Álvarez Daneri, reconoció la labor efectuada por los vacunadores durante el año pasado: “Hicieron su trabajo muy bien y con responsabilidad, ya que la campaña se realizó en tiempo y forma. Se terminó en los 60 días”.
Además, hizo hincapié en la responsabilidad del vacunador en todo el proceso de vacunación, ya que hay distintos eslabones que deben cumplir con compromiso su rol: “Partiendo desde el laboratorio, pasando por la distribución, hasta llegar a los vacunadores. Todo es un proceso, que finaliza en la responsabilidad del vacunador, ya que si no hace bien su trabajo, se pierden los procesos anteriores”, sostuvo.
El titular de Fucofa recalcó además sobre la importancia que tienen los registros generados en cada campaña a campo: “Los registros de cada una de las campañas nos permite tener datos precisos de cantidad de cabezas, establecimientos, datos fehacientes de categorías, entre otros. Esto hace mucho para lo que es vigilancia epidemiológica dos veces al año, porque contamos con un relevamiento de animales y productores lo que es muy importante”.
Fuente: De la redacción de Momento de Campo