Un año de la certificación fitosanitaria electrónica
Marcó un hito al inaugurar, con Chile, su uso para el comercio de productos vegetales. Hasta el momento intercambiaron más de 12 mil e-phytos.
La Argentina y Chile llevan expedidos más de 12 mil certificados fitosanitarios electrónicos (e-Phyto, en inglés) amparando el intercambio mutuo de productos y subproductos de origen vegetal en el primer año de la puesta en marcha de este novedoso sistema que prescinde del papel.
Ambos países, los primeros a nivel mundial en poner en marcha la certificación fitosanitaria electrónica para la exportación e importación mutua de productos y subproductos de origen vegetal, lideran la emisión de este tipo de documento digital que posibilita un comercio internacional más fácil, seguro y transparente.
El e-Phyto resultó una herramienta clave en el intercambio comercial en el actual contexto mundial de la pandemia de COVID-19, en el que se han visto restringidos el transporte aéreo y los servicios de mensajería, principales medios utilizados para el envío de los certificados fitosanitarios en formato papel.
Luego de implementarlo con Chile, la Argentina continuó afianzando el uso de este sistema digital y hoy también lo emplea con Estados Unidos, Sri Lanka y Costa Rica; al tiempo que se están realizando pruebas para, próximamente, iniciarlo con Paraguay, Colombia, México, Perú, los países de la Unión Europea y China. Asimismo los países que integran el Comité de Sanidad Vegetal del Mercosur (COSAVE) manifestaron su compromiso para la implementación del e-Phyto para este 2021.
La implementación de este sistema digital, redujo costos y tiempos en la emisión de los certificados, disminuyó los casos de documentos fraudulentos y favorece el cuidado del ambiente, ya que se elimina el uso del papel.
El desarrollo del “Sistema e-Phyto” es una iniciativa de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) que alienta a los países contratantes su implementación, permitiendo mantener el comercio internacional de artículos reglamentados de manera fácil, transparente, seguro y digital.