¿Qué dice la perspectiva climática para la campaña maicera?
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacó que, si bien llegó el alivio de las lluvias, la situación sigue siendo muy vulnerable.
“Es muy posible que debamos transitar el resto de la campaña con una volatilidad de lluvias similar a la primavera 2020”, advierte el experto en Ciencias Atmosféricas, José Luis Aiello.
“El verano arranca con un aporte de agua que tranquilizó los ánimos y disminuyó el estrés sobre la gruesa, pero que de ningún modo implica un cambio de tendencia” comenta Aiello.
El año pasado para esta misma fecha, el sur de Santa Fe, Entre Ríos, norte bonaerense y este cordobés necesitaban más de 140 milímetros. En este final del 2020, las necesidades hídricas del cultivo eran similares pero un poco más acotadas.
Pero llovió en el fin de semana pasado y es una gran noticia: "El alivio llegó justó en el momento en que el 40% de los maíces de la región están en floración.
Lo que sucede es que el maíz deberá superar las escasas lluvias de la primavera 2020 y una Niña no tan moderada. Aiello explica: “Una primavera con reticencia de lluvias es compleja, pero esta lo fue aún más: cada uno de los tres meses que la componen aportaron precipitaciones por debajo de la media. En el mejor de los casos, los registros totales del trimestre completaron el 65% del valor estadístico, y esto solo ha sucedido en la provincia de Buenos Aires”.
Aparte, el año pasado para este momento, el índice que manifiesta el grado de enfriamiento en el Pacífico era de +0,3, o sea de leve neutralidad. Esta vez el índice es -1,2 y marca que el maíz tendrá que superar una “Niña” instalada y no tan moderada.
“Tendremos el efecto Niña al menos hasta marzo”, anticipa. El último indicador físico (que es un índice que publica la NOAA) muestra con claridad que la Niña no se amortiguó como los modelos señalaban, es más se incrementó. Es poco probable una neutralidad hacia febrero, comenta Aiello.
El verano arranca con un aporte de agua que tranquilizó los ánimos y disminuyó el estrés sobre la gruesa, pero que de ningún modo implica un cambio de tendencia. Es muy posible que debamos transitar el resto de la campaña con una volatilidad de lluvias similar a la de primavera 2020. Va a ser un ciclo muy condicionado por los efectos regionales y los forzantes ajenos a la Niña, como el anticiclón del Atlántico.
Lamentablemente, va a ser afectada por pulsos secos y lluvias dentro de las normales pero sin la continuidad deseada. La Niña es un forzante central, pero como lo hemos informado reiteradamente en GEA, hay otros. Y hoy están operando en forma aceptable y explican los últimos eventos de lluvias.
"Todo parece indicar en enero una continuidad del escenario pasado, sin agua en abundancia, con mayor índice de insolación diaria y temperaturas en ascenso", agrega la BCR a través de la Guía Estratégica para el Agro (GEA).