Qué generaría la potencial rebaja temporal de retenciones
Especialistas de la Sociedad Rural estiman que una "ventana" podría deprimir el precio de mercado de la soja al productor.
Esta semana circuló que el Gobierno bajaría temporalmente rentenciones a la soja para que el productor adelante su planificación de venta de granos de la campaña 2019/20.
El Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina analizó el impacto que podría generar una eventual reducción por 3 meses de los derechos de exportación.
La primera conclusión fue que "nada indica que el instrumento propuesto pueda revertir las decisiones de ventas ya planificadas por parte de los productores en la ventana de baja de derechos de exportación, puesto que el incentivo propuesto no llegaría a compensar las posibles variaciones de precios internacionales, del tipo de cambio esperado, nuevas restricciones, ausencia de un esquema alternativo que pueda proteger la liquidez generada por ese adelanto de venta, y el deterioro que generará en los precios de mercado la misma temporalidad del incentivo",
En segundo lugar, "la temporalidad acotada de la medida, generará una reducción del impacto inicial buscado con el incentivo, dando pie a nuevas transferencias de precios desde los productores a la industria o exportación, afectando el normal funcionamiento de los mercados".
Finalmente "esta medida que busca adelantar la liquidación de divisas, es una instrumento ineficiente y costoso, un parche que posterga la posibilidad de impulsar una solución de fondo, genera un incentivo negativo concreto para el productor por la distorsión que le agregan al mercado, a causa de la temporalidad, sumado a que finalmente el productor igualmente terminaría vendiendo su cosecha en función de la medida que tiene ya planificado vender su producción", destacan los especialistas de la SRA.
Análisis de impacto de la SRA
La Sociedad Rural destacó a través de su Instituto de Estudios que el stock actual de soja en manos de los productores es proporcionalmente similar al que tenía en el mismo ejercicio comercial del año anterior: "El volumen actual de 16,8 millones de toneladas equivale al horizonte de planificaciones de molienda esperado para lo que resta del año hasta que ingrese al mercado la nueva campaña agrícola 2020/21".
Como todos los años, estiman que entre octubre y febrero se venderá todo el stock de la campaña pasada, generando un ingreso de divisas por unos U$S 7.200 millones (si se mantienen los actuales valores) los que ingresarían a la economía Argentina en los próximos 5 meses, para poder comprar a los productores estos granos.
"El gobierno con esta medida pretende que los productores decidan adelantar la venta de soja con un supuesto beneficio tributario, sin considerar la totalidad de los costos y riesgos, económicos y financieros en los que podría incurrir el productor, por salir de un formato que no conoce, pasando a un esquema de mayor incertidumbre y máxime si parte de su costo adicional incurrido para almacenarlos ya los tiene hundidos", destacan.
"Cabe resaltar que el productor con esto está protegiendo su liquidez, su capital de trabajo para afrontar las inversiones futuras. Esta modalidad que desarrolló el productor desde hace mucho tiempo tiene foco en el déficit de financiamiento adecuado a la dimensión del sector agropecuario argentino, producto de la bajísima importancia relativa de los recursos que el sistema financiero tiene para prestarle al sector. Este formato de autofinanciamiento, es una reacción de los productores a las adversas consecuencia que generan las distorsiones macroeconómicas que presenta la economía argentina, la falta de previsibilidad, de certidumbre, la falta de una moneda estable, y las cuentas fiscales desmedidas, que termina quitando la mayor parte de los recursos prestables de los bancos para financiar al Estado", agregan.
Por otro lado, respecto de la factibilidad de que una cambio en los derechos de exportación en forma transitoria puedan hacer revertir las planificaciones de ventas de los productores, "vemos que el incentivo debería ser los suficientemente contundente en términos de su relación costo beneficio integral, descontando las perspectivas de mercado internacionales y del mercado cambiario local, como así también de la certeza sobre su liquidez futura".
En este contexto, consideran que una baja temporal de las retenciones de soja en los términos supuestos van a generar una serie de impactos.
"Al productor le va a llegar una parte parcial del beneficio, que liberaría este supuesto incentivo temporal, porque al mismo tiempo se vería diluido por las distorsiones que se configurarían en el mercado de soja, a causa de la misma baja temporal", destacó la entidad.
Las principales razones argumentales para afirmar que afectara parcialmente el precio al productor, se originan en el surgimiento de nuevas distorsiones del mercado originados por la temporalidad misma de la medida, que se da en el siguiente marco del mercado: "Por el lado de la oferta, al productor le quedan 16,8 millones de toneladas de soja en su poder, un volumen normal y habitual para la estacionalidad de la comercialización de este producto en esta época del año. Oferta que inicialmente se preveía vender en un horizonte más largo. Con lo cual se podría llegar a concentrar temporalmente en el mercado una mayor oferta de granos del previsto por los precios actuales".
En tanto, por el lado de la demanda, si se concreta que la ventana temporal de baja de retenciones se dará en el último trimestre del año, destacan que es un período en el que la demanda está marcada por:
- 1.Un momento del año en el que entra a jugar la estacionalidad en alta de la cosecha del hemisferio norte en el mercado global, y generalmente el ritmo de negocios de exportación de granos es más reducido.
- 2. La industria y la exportación que en la mayoría de los casos realizan ambos negocios, podrían planificar sus ventas, en función del stock que tienen almacenado, y sus necesidades de compra regulando el ritmo de compras, mientras dura la baja temporal, lo que impactaría a la baja en el precio de mercado.
- 3.Entre octubre 2019 y marzo de 2020 la molinería procesó en promedio 2,85 millones de toneladas al mes. Esto marca el ritmo de compras de la industria para la molienda, que durante esos meses tiene un ritmo de molienda más lento.
En resumen, "estimamos que una baja de retenciones acotada a un trimestre, no expresará a pleno el mismo efecto que tiene una baja de derechos de exportación definitiva, producto de las distorsiones que genera la temporalidad", destacó la SRA.
"Por eso pensamos que a pesar del menor derecho de exportación temporal, esto podría deprimir el precio de mercado del grano al productor y por tanto reducir el incentivo que le permita al productor considerar la posibilidad de adelantar su planificación y cashflow económico y financiero. Este efecto se vería atenuado por la baja circunstancial de las alícuotas", agregó.
"Un beneficio para la industria y la exportación por las toneladas que tienen adquiridas y al momento no tendrían una Declaración Jurada de Venta al Exterior solicitada para tal fin", concluyó.
Fuente: Agrofy News