El poder de compra de los tambos descendió más de un 20%
La crisis industrial va llegando al campo: en el último año el poder de compra de los tambos argentinos descendió más de un 20%.
Se aceleró la erosión de la competitividad relativa del sector tambero argentino –medida en moneda maíz– ante el planchazo de precios registrado por la leche.
En agosto pasado el precio promedio ponderado de la leche pagado al tambero argentino a nivel nacional fue de 18,6 $/litro, según datos publicados por la Dirección Nacional Láctea en base a liquidaciones declaradas por 351 industrias lácteas en el Siglea.
En valor maíz –considerando el promedio mensual Rosario disponible– el precio de la leche se ubicó el mes pasado en 1,78 kilogramos, una cifra 7% inferior a la de julio de este año y 21% más baja que la de agosto de 2019. Esa relación se deterioraría de manera creciente en el presente mes de septiembre.
Desde abril pasado el precio de la leche en pesos argentinos pagado al productor argentino está prácticamente congelado a causa –valga la redundancia– del congelamiento de precios minoristas que deben afrontar las industrias lácteas por orden del gobierno nacional.
El hecho es particularmente grave porque, según los últimos datos publicados por el Indec, la “canasta láctea” tiene un retraso de 23 puntos respecto de la inflación general promedio de los alimentos básicos. Eso sucede porque casi todos los productos de la “canasta láctea” están comprendidos en el congelamiento de facto dispuesto por el Estado nacional: leche fresca en sachet, leche en polvo, queso cremoso, queso pate-grass, yogur firme y manteca.
Entre los meses de marzo a junio de este año la relación leche/maíz, luego del bajón experimentado a fines del año pasado, comenzó nuevamente a tornarse favorable para los tamberos gracias al “atraso cambiario” promovido las autoridades económicas del gobierno nacional combinado con bajos precios internacionales del cereal.
También influyó la caída del valor del maíz Rosario por las dificultades logísticas generadas por la bajante histórica de río Paraná y por el aumento de la alícuota del derecho de exportación a un 12% vigente desde fines del año pasado.
Sin embargo, ambos factores coyunturales se esfumaron y con ellos el poder de compra relativo de las empresas lecheras argentinas. Adicionalmente, a fines de julio pasado el gobierno argentino comenzó a regular las ventas externas de leche en polvo por medio de la introducción de “valores referenciales” de exportación, lo que complica aún más la situación presente en el sector.
Fuente: Valor Soja