Sigue el éxodo de arroceros a Corrientes
Cultivan en la vecina provincia porque el costo de la energía es sustantivamente menor. Con el kilovatio y el cargo fijo más baratos, Corrientes es más competitiva que Entre Ríos.
Entre Ríos llegó a ser, hace ya varios años, la provincia arrocera más importante del país, por mayor área y producción y, además, por tener una pujante industria con capacidad para elaborar en nuestro territorio todo el cereal producido.
La situación, sin embargo, se fue modificando y, de a poco, Corrientes fue sumando hectáreas al punto de desplazar a Entre Ríos al segundo lugar, algo que parecía difícil sucediera. La razón central, coinciden todos los actores de la cadena, es el alto costo de producción, básicamente las tarifas de la energía eléctrica, que restan competitividad a los productores.
En los últimos tiempos se sumó un hecho adicional: arroceros entrerrianos dejan de cultivar en sus chacras y se van a Corrientes para sembrar en una provincia que, aseguran, ofrece mejores condiciones para la implantación y promociones del Gobierno.
Los productores más jóvenes emigran a Corrientes y dos de las empresas más importantes de Entre Ríos, que venían trabajando con un gran impulso, también se fueron y hoy están sembrando con un costo sensiblemente menor a Entre Ríos, le dijeron a DOS FLORINES fuentes del sector.
Estos problemas han sido reiteradamente expuestos ante las autoridades provinciales por las entidades que nuclean a la cadena arrocera –la Asociación de Plantadores de Arroz, la Fundación Pro Arroz y la Cámara Industrial Arrocera, entre otras– pero “hasta ahora no hemos tenido respuesta”, se lamentaron las fuentes. Y remarcaron: “Con el potencial de industrialización que tiene la provincia, que no se propicie una mayor siembra para que los molinos entrerrianos tengan más arroz para elaborar es lamentable”.
Números.
Las comparaciones, cuando se hacen números, son contundentes. En la actualidad, explicaron las fuentes consultadas por este portal, un productor en Entre Ríos está pagando entre 10 y 12 pesos el kilovatio, mientras en Corrientes cuesta 3,90. Pero, además, cuando, por ejemplo, en Entre Ríos “se contratan 75 kilovatios, aparte del consumo, se riegue o no, hay que pagar unos 40.000 pesos por mes de cargo fijo, los 12 meses del año, por haber contratado”.
En Corrientes, en cambio, “a los productores solamente les cobran cargo fijo por contratación los cuatro meses de riego: de noviembre a febrero o de diciembre a marzo. Y les cobran 12.000 pesos por mes, no 40.000”, precisaron.
La diferencia en materia de competitividad, como se aprecia, es enorme. “Corrientes parece otro país y acá este tema a los funcionarios no les preocupa… así estamos”, cuestionaron las fuentes, al tiempo que recordaron que ambas provincias le compran la energía al mismo distribuidor –Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima)– y al mismo precio.
“Desde la producción y la industria hacemos todo el esfuerzo posible para trabajar y crecer, pero realmente no tenemos las condiciones que ofrece Corrientes”, remarcaron los voceros de la cadena arrocera, quienes advirtieron que este problema también lo padecen los arandaneros, los aserraderos y, en general, todos los sectores productivos e industriales de la provincia.
Paradoja.
En los años ’90, vaya paradoja, el reclamo principal del sector arrocero entrerriano era la electrificación rural para, de esa forma, poder tener líneas de bajada en las zonas de pozos y extraer el agua con motores eléctricos en vez de los motores diesel que insumen un gran consumo de gasoil y, por ende, mayores costos.
Hoy, en cambio, con el precio del combustible “pisado” –y una buena cotización internacional del cereal– es conveniente regar con motores gasoleros. Los arroceros entrerrianos que así extraen el agua, según algunas estimaciones, tal vez agreguen hectáreas a su producción.
A pesar de todo, la superficie arrocera en Entre Ríos podría tener un crecimiento en la campaña 2020/21 que algunos especialistas ubican entre el 10 y el 15%. Aún es temprano para tener certezas y, además, habrá que ver qué sucede con el clima y si las represas del norte provincial alcanzan el nivel de agua indispensable para un riego adecuado.
Sea como fuere, las fuentes que dialogaron con DOS FLORINES están convencidas de que si las tarifas eléctricas bajaran, el área arrocera provincial podía incrementarse mucho más, los molinos aprovecharían la capacidad ociosa y habría más trabajo para los entrerrianos.
Fuente: Danilo Lima | Dos Florines