Preocupa la falta de definiciones en política lechera
Aún no se designó al director del área en el Ministerio de Agricultura. Los tamberos temen que se congelen los precios.
Una de las áreas clave que aún hoy siguen vacantes en el Ministerio de Agricultura que conduce Luis Basterra es la Dirección Nacional de Lechería. La falta de definiciones en este sentido, según pudo saber LPO, responde a una fuerte interna política.
Los que saben remarcan que se trata de un cargo estratégico de suma importancia, no solo por la interminable crisis que atraviesa el sector, sino también por los problemas políticos que le trajo la gestión de Alejandro Sammartino al gobierno de Macri.
Este antecedente inmediato, al parecer, es una de las razonas principales que traba el nombramiento del Director Nacional de Lechería en Agricultura y por ende de una política para el sector a casi dos meses de la asunción de Alberto Fernández.
El primero en salir a marcar tal situación fue Confederaciones Rurales (CRA). Mediante un comunicado, la entidad advirtió que "aún no hay definiciones en la política lechera que se llevará adelante, lo que solamente genera mayor preocupación".
CRA -conducida por el tambero entrerriano Jorge Chemes- dijo además que "pareciera que a este gobierno tampoco le interesa la lechería. Si no se convoca a todos a un verdadero plan de negocio, seguiremos viendo el cierre de tambos".
Hace unos días un grupo de pequeños y medianos empresarios lácteos se reunieron con Basterra para manifestarle la preocupación existente por este tema y se quejaron por la falta de recursos y herramientas del Ministerio para implementar una política pública.
En la sede de Paseo Colón hay hermetismo total respecto al funcionario que designe Basterra para la Dirección de Lechería, aunque aclaran que tendrá un perfil diferente al que supo lucir Luciano Di Tella durante el mandato de Cristina Kirchner.
En este contexto, los datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) revelan que la producción de leche sigue en baja: en 2019 se produjeron un total de 10.343 millones de litros, una cifra 1,75% menor respecto a 2018.
OCLA mostró también, en base a un informe del Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (IAPUCO), que en los últimos cuatro años la industria láctea argentina, en promedio, registró resultados negativos durante 28 meses.
En tanto, el precio promedio de la leche en las principales cuencas argentinas se ubicó en diciembre pasado en torno a los 16 pesos, unos 25 centavos de dólar tomando el tipo de cambio oficial del Banco Nación que cotiza en 63 pesos.
El último índice IPOD de CAME afirmó que en diciembre la brecha entre lo que cobraron los tamberos y lo que pagaron los consumidores fue del 291%. Esto porque el valor promedio de la leche en góndola se ubicó en $ 56,90 por litro.
El documento de CAME indicó también que la participación del productor de leche en la cadena de valor se encontró en un 25,5%, muy lejos del 33% que históricamente reclamaron los tamberos para hacer viable el negocio a largo plazo.
Por su parte, la mayor preocupación de los tamberos hoy por hoy es la amenaza de que se planchen los precios pagados por la industria en un contexto inflacionario con el impacto de las recientes devaluaciones que encarecieron los costos productivos.
Un estudio del Movimiento CREA determinó que el 69% del costo total promedio de un tambo de intensidad intermedia se encuentra asociado a insumos dolarizados (tierra, semillas, fitosanitarios, fertilizantes, insumos veterinarios y balanceados).
Los especialistas aseguran que la industria láctea perdió incentivos para exportar a partir de los precios internacionales actuales de la leche en polvo, la imposición del 9% de retenciones y un tipo de cambio oficial congelado en 63 pesos.
También se está evaporando para las industrias el incentivo de vender leche en polvo al Estado. En la última licitación pública del Ministerio de Desarrollo un 60% del volumen total (unas 1.040 toneladas) no se pudo vender por falta de oferentes.
Fuente: LPO