Consumidores ajustan gastos, pero no dejan de comer carne
El consumo interno de carnes, a pesar de la crisis de ingresos que afecta a la mayor parte de las familias argentinas, se viene incrementando en términos relativos.
El consumo de carnes (vacuna, aviar y porcina) en cadenas de supermercados en abril pasado en supermercados localizados en todo el territorio argentino representó una facturación de 5906 millones de pesos, una cifra, medida en pesos constantes, 14.7% superior a la de abril de 2018 (considerando una inflación anual oficial del 57,3%).
En el último año, debido a la creciente presión exportadora y el déficit de novillos presente en el mercado (herencia del régimen kirchnerista), creció el consumo de carne aviar y porcina en desmedro de la vacuna.
El gran perdedor de la actual crisis económica son las frutas y verduras, cuyo consumo en canales supermercados fue en abril de 1597 millones de pesos, una cifra 9.4% menor a la registrada en el mismo mes del año pasado, según la “Encuesta de supermercados y autoservicios mayoristas” difundida hoy martes por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Otro sector que recibió de lleno el ajuste de ingresos de los trabajadores es el de las bebidas con ventas en abril pasado de 5436 millones de pesos (-16,8% en términos reales), debido a la caída de ventas tanto de gaseosas (con especial incidencia en las primeras marcas) y de las bebidas alcohólicas de mayor calidad y precio.
Los lácteos, a pesar del aumento de precios experimentado en el último año, lograron facturar en abril 5731 millones de pesos, una cifra 2.3% mayor que la de abril de 2018. Si bien el consumo físico de quesos en supermercados descendió de manera significativa, el aumento interanual de precios fue tan grande que logró compensar esa baja.
En cuanto a los productos panificados –cuyo consumo, vale aclarar, venía ya muy retrasado desde el año pasado– en abril de este año facturaron 1961 millones de pesos (+9,3% en términos reales).
Fuente: Valor Soja