El monocultivo comienza a ser solo un mal recuerdo
La Bolsa de Comercio de Rosario destacó para la zona núcleo, que la rotación de cultivos este año tendrá uno de los mejores estándares en más de una década.
La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacó en su informe semanal para la zona núcleo que la rotación de cultivos este año tendrá uno de los mejores estándares en más de una década.
"La soja deja atrás los años de omnipresencia. Cambia el paisaje de la región y el cambio es drástico", dijo la GEA para reflejar que la relación soja-gramíneas se reducirá a valores que cinco años atrás hubieran sido utópicos.
En Córdoba, la relación soja-maíz será la más equilibrada en 22 años "Hace 5 años, en la campaña 2014/15, por cada lote de trigo o maíz se sembraron 4,4 lotes de soja. El año pasado fueron 2,1 hectáreas de soja por cada una de gramíneas. Por primera vez en más de 10 años, la relación pasa a 1,75 por los aumentos que se estiman de trigo y maíz para esta campaña 2019/2020", indicó la entidad rosarina.
Más allá del aumento en el área triguera, ya se proyecta, según la GEA, un incremento del 10 por ciento en la siembra de maíz temprano. "Si se logra sembrar todo el trigo, la zona núcleo sumaría más de 250 mil hectáreas con gramíneas en este año", añadió.
Ventajas "Volver a rotar el suelo es la práctica más eficiente para producir en forma sustentable y ponerle trabas a los excesos hídricos. Aparte de la ventaja que tienen las rotaciones para el manejo del lote, como el control de malezas o evitar el desarrollo de enfermedades entre otras, es una práctica muy favorable para la región en contextos de años lluviosos", valoró la BCR.
Rotación, la buena práctica más premiada
Y completó: "Incrementar las hectáreas con trigo y maíz baja el escurrimiento del agua al aumentar la cantidad de rastrojos que queda en el campo. Y como también se necesitan más milímetros para su crecimiento, funcionan como bombas de extracción de agua, bajando las napas de la región".
Problemas
En este contexto, si bien la siembra de trigo sigue avanzando, lo hace a un paso mucho más lento que el año pasado, a raíz de los excesos hídricos.
Aunque no se registraron altos caudales de lluvias, la alta humedad ambiente impide que se oreen los suelos. Además, tampoco se han registrado heladas y así, no hay piso apto para el paso de las sembradoras.
El problema que revela la GEA en este contexto es que se achica la ventana de implantación para los ciclos largos y, si bien muchos productores podrían pasarse a variedades de ciclo corto, no hay disponibilidad de semillas de este tipo en grandes cantidades y con buena calidad.
Fuente: Agrovoz