Un Niño tardÃo sin demasiado impacto
El fenómeno se hizo presente cuatro meses después de lo habitual, con efectos que no ocasionarán grandes inconvenientes.
Tras el paso de una primavera y un verano que presentaron un calentamiento moderado de la superficie de mar del Pacífico Ecuatorial Central, recién a mediados de febrero comenzó a aparecer un evento débil de “El Niño”.
El centro de predicciones climáticas NOAA emitió un aviso que determina la presencia de un patrón que corresponde a un evento “El Niño”, en el mismo se anunciaron que las condiciones en el conjunto mar-atmósfera se han acoplado provocando dicho fenómeno y agregó que las temperaturas de la superficie del mar están por encima de los niveles medios, las observaciones actuales y los modelos climáticos indican que este evento sería débil y se mantendría hasta el otoño inclusive, pero los impactos globales no serían demasiado significativos, al menos en comparación con otros años anteriores donde el impacto fue indudablemente muy importante.
Una de las características más sobresalientes de este evento en particular es lo tarde que se manifiesta. Comúnmente el evento “El Niño” o “La Niña” comienzan su vigencia a partir de la primavera, entre los meses de septiembre u octubre, con algunos pocos eventos que se decretan a partir del mes de noviembre. Son escasos los eventos que se han decretado, tanto para “El Niño” como para “La Niña” fuera de ese período.
¿Cómo impactará?
Al ser un evento tan tardío y con una débil intensidad, es poco probable que los fenómenos típicamente asociados al evento “El Niño” a nivel global sean significativos. De todas maneras, la combinación de este fenómeno junto con los distintos factores regionales puede proporcionar una situación algo más importante, pero dependerá especialmente de los índices locales o regionales.
Una de las características más sobresalientes es lo sucedido en Australia en los últimos días. El evento típicamente asociado a un evento “El Niño” en la región es la ausencia de precipitaciones, sin embargo, pocos días antes de que se decrete esta nueva circulación se produjo un evento significativamente extremo sobre la costa este australiana, donde se registraron lluvias y tormentas de enorme magnitud, siendo excesivamente superiores a los niveles normales para la región.
El efecto sobre Argentina
La llegada de este evento de manera tan tardía provocará que los efectos esperados no se modifican de gran manera sobre el territorio nacional. En general, los modelos de proyección climática, al igual que los organismos oficiales de pronóstico, como el Servicio Meteorológico Nacional, mantienen una tendencia de lluvias por encima de los niveles medios para el próximo trimestre, tanto para la zona central como para la franja norte del país, pero especialmente se observa un núcleo más significativo sobre la región del NEA, dejando algo más relegada la región pampeana.
Cabe destacar que algunos modelos climáticos mantienen incluso una tendencia de lluvias inferiores a los niveles medios sobre la porción central, especialmente sobre el centro y sur de la provincia de Buenos Aires y la provincia de La Pampa. A medida que se analiza hacia el norte del país se observa una tendencia de lluvias superiores que se potencia hacia el extremo noreste del territorio nacional.
En cuanto a las temperaturas, podría llegar a ser uno de los factores más vulnerables a esta nueva situación, ya que en general, cuando se está bajo la influencia de un evento “El Niño” las marcas térmicas tienden a presentarse superiores a los niveles medios. Pero en este caso en particular, los modelos de proyección climática insisten con temperaturas inferiores a los promedios, lo que iría en contra de lo típicamente asociado a este tipo de eventos. Sin embargo, al ser un fenómeno tan tardío, los efectos en la temperatura podrían retrasarse y comenzar a vislumbrarse más cerca del invierno.
Fuente: Portal Apicola