Dan por finalizada la alerta de El Niño
Después de las fuertes perturbaciones experimentadas en lo que va de la campaña 2018/2019, el sistema climático ha emprendido un gradual proceso de normalización. Esta transición será lenta y continuará presentando riesgos durante un lapso considerable, siendo probable que, recién hacia mediados de 2019 se haya alcanzado su meta.
Si bien la actividad atmosférica irá moderándose, dando paso a un ambiente más estable, la situación se mantendrá muy dinámica, observándose desvíos en uno y el otro sentido. Afortunadamente, no se ven precipitaciones excesivas en las cuencas de los grandes ríos de la Cuenca del Plata que pudieran hacer temer el riesgo de crecidas.
Según el informe estacional que emitió el Servicio Meterológico Nacional, durante lo que va de la campaña 2018/2019 se hicieron numerosas especulaciones sobre el posible desarrollo de un episodio de “El Niño”, que nunca llegó a materializarse y al presente tiene muy escasas probabilidades de llegar a hacerlo.
El máximo calentamiento del Pacifico se observó hacia mediados de Noviembre de 2018, pero manteniéndose muy por debajo del nivel alcanzado a igual fecha de 2016 durante el intenso episodio de “El Niño” desarrollado durante la temporada 2015/2016.
No obstante, debe notarse que las imágenes satelitales del mes de noviembre, muestran un mayor calentamiento del Océano Atlántico Subtropical en la presente temporada que en la temporada 2015/2016.
Adicionalmente, la corriente marina fría de Malvinas se presentó más débil en la presente temporada que en la 2015/2016, contribuyendo a un calentamiento general del Océano Atlántico, que compensó en buena medida el escaso calentamiento del Océano Pacífico Ecuatorial.
CALENTAMIENTO DEL OCÉANO ATLÁNTICO
A partir de noviembre de 2018, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfrió gradualmente, alejándose cada vez más de un estado de “El Niño2.
Contrariamente, el Océano Atlántico Subtropical observó un vigoroso calentamiento, que se extendió sobre el Litoral Atlántico Sudamericano, desde Río de Janeiro hasta Bahía Blanca, alcanzando su máxima intensidad hacia mediados de enero de 2019.
Paralelamente, la corriente marina fría de Malvinas se mantuvo débil, contribuyendo al calentamiento del Océano Atlántico Sur.
DISTRIBUCIÓN DE LAS PRECIPITACIONES Y ALTURA DE LOS GRANDES RÍOS
Ante el debilitamiento de “El Niño”, el clima sudamericano pasó a ser controlado por el intenso calentamiento del Océano Atlántico.
Un foco de extrema actividad se posicionó sobre el centro de la Mesopotamia Argentina, produciendo fuertes y persistentes tormentas sobre el este del Chaco Argentino, el norte de la Región Pampeana, el Uruguay y el Sur del Brasil, llegando hasta el centro y el sur de la Región Pampeana
Otro foco de gran actividad, que no se hubiera producido si hubiera habido un “El Niño”, se generó sobre Bolivia y el NOA Argentino, con grandes tormentas y vientos.
En compensación de las fuertes corrientes ascendentes de aire que se generaron sobre los dos focos de tormentas, en medio de ambos, sobre el Paraguay y buena parte del Brasil se desarrollaron fuertes corrientes descendentes, que causaron una prolongada racha de tiempo muy caluroso y seco.
LENTO ENFRIAMIENTO DEL OCÉANO ATLÁNTICO Y FINAL DE LA ALERTA DE “EL NIÑO”
A partir de mediados de enero de 2019, el Océano Atlántico Subtropical disminuyó levemente su temperatura, al mismo tiempo que la corriente marina fría de Malvinas se fortaleció, enfriando significativamente el Océano Atlántico Sur.
Simultáneamente, el Océano Pacífico Ecuatorial continuó retornando a su estado normal, haciendo desaparecer toda posibilidad de que se desarrolle un verdadero episodio de “El Niño”.
Cabe mencionar que el Servicio Meteorológico Australiano bajó la calificación del fenómeno de “Alerta del Niño” a “Guardia del Niño”, reforzando la hipótesis de que el estado del Océano Pacífico tendería a la Neutralidad.
LENTA VUELTA A LA NORMALIDAD
El retorno simultáneo del Océano Pacífico y del Océano Atlántico hacia sus niveles térmicos normales está llevando al sistema climático a un estado neutral, moderando las precipitaciones en las áreas que sufrieron excesos, y permitiendo su reactivación áreas que, como el Paraguay y buena parte del Brasil, sufrieron sequía.
Lo mismo sucedería con el régimen térmico, que experimentaría una moderación de los intensos calores que viene padeciendo gran parte del área agrícola.
No obstante, este proceso será lento e irregular, por lo que es de temer que, aunque con vigor decreciente, las anomalías pluviométricas y térmicas continúen, por lo menos, durante el mes de febrero, y recién marzo comience a dar signos de retorno a la normalidad.
PERSPECTIVA MENSUAL A MEDIANO PLAZO
El Durante Febrero, la influencia del calentamiento del Atlántico continuará haciéndose sentir, por lo que es probable que se presenten riesgos de consideración, con su mayor intensidad sobre el centro y el norte de La Argentina, el Uruguay, el sur del Brasil, mientras Bolivia y el NOA continuarían observando fuertes tormentas.
Las precipitaciones retornarán gradualmente al Paraguay y a las áreas del Brasil afectadas por la sequía y los fuertes calores. Recién a partir de marzo podría darse por finalizada el alerta, no presentándose el riesgo de tormentas otoñales intensas, como hubiera sido si se hubiera dado un episodio de “El Niño” de pleno desarrollo.
Adicionalmente, debido al avance de la corriente marina fría de Malvinas, a partir de abril se presentará un creciente riesgo de invasiones tempranas de aire polar, que podrían dañar a los lotes tardíos.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional