Las malezas pueden aumentar el rinde de algunos cultivos
Un grupo de investigadores señala que la conservación de especies florales autóctonas, generalmente consideradas "malezas", pueden impactar positivamente en el rendimiento de cultivos al funcionar como hábitat de polinizadores silvestres.
Dentro de los múltiples factores que modifican el rendimiento de los cultivos de los cuales se obtienen semillas o el fruto completo, la polinzación reviste particular importancia en aquellas especies que requieren de un vector para fecundarse. Hasta el momento se ha considerado que las abejas melíferas podrían cumplir ese rol, sin embargo, un grupo de investigadores realizó un trabajo que pone en duda esta hipótesis y proponen conservar hábitats naturales para los polinizadores silvestres.
Un estudio realizado por investigadores de distintas partes del mundo ha puesto en crisis la teoría de que la “fertilización floral” pueda ser satisfecha por polinizadores incorporados por el hombre en los sistemas productivos y reivindica el rol de los polinizadores silvestres, los cuales requieren de particulares características paisajisticas para poder desarrollarse.
Los autores señalan que durante mucho tiempo se consideró que las abejas melíferas podían garantizar la polinización independientemente del aporte de los polinizadores silvestres. Sin embargo, estudios recientes demuestran que a pesar del incremento en el número de colmenas a nivel mundial, ese crecimiento no garantiza una efectiva polinización de todas las especies dependientes. Entre las principales razones para sostener esta teoría señalan que:
-La demanda de servicios de polinización agrícola crece cada vez más en relación con la oferta, debido a que el área destinada a cultivo dependientes de polinizadores supera el crecimiento en el stock de abejas.
-Además, si bien el número de abejas ha aumentado, lo ha hecho de manera desigual entre los países y dado que la polinización es un fenómeno local, el crecimiento heterogéneo probablemente tenga consecuencias desiguales para la polinización agrícola entre (y dentro) de los países.
-Por otro lado, los investigadores señalaron que en la mayoría de los países las abejas se crían principalmente para producir miel y no se utilizan estrategicamente para la polinización.
Si consideramos que los cultivos altamente productivos florecen de manera intensiva por períodos breves, las comunidades polinizadoras residentes difícilmente puedan satisfacer los requisitos para la fertilización floral. De hecho, la escasez de polinización ocurre con frecuencia incluso en comunidades de polinizadores no degradados y en ecosistemas naturales, al igual que los cultivos pueden ser limitados por nutrientes en suelos no degradados.
Los científicos consideraron que la apicultura suele utilizarse más como un servicio ecosistémico que un insumo agrícola intencional y señalaron que en aquellos lugares donde se cultiven especies dependientes de polinización, reviste de crucial importancia la conservación de áreas donde los polinizadores naturales puedan desarrollarse.
“Dado que muchos polinizadores tienen nidos fijos en tierra o en troncos, en sitios naturales o seminaturales, y que su vuelo les significa gasto de energía, comúnmente prefieren visitar flores cerca de su nido. Compilando datos de dieciocho especies cultivadas, se ha estimado que en promedio una flor ubicada a 600m de un hábitat natural o seminatural recibe la mitad de visitas que una flor lindera con dicho hábitat” señaló un artículo publicado por algunos miembros del trabajo citado anteriormente.
Es así como algunas especies consideradas “malezas” podrían indirectamente aumentar el rendimiento de los cultivos, si se considera que en ellas los polinizadores silvestres podrían desarrollar su ciclo, o al menos una parte de él.
Para promover la diversidad y abundancia de polinizadores silvestres los científicos destacan que “hay que tomar medidas para proveerles alimento” es decir flores, e incluso se deberían ofrecer hábitats específicos de apareamiento y de nidificación al alcance de su vuelo, señalando que “a escala zonal, los servicios de polinizadores silvestres varían según cantidad, calidad y disposición espacial de los hábitats”.
“La promoción de la polinización mediante la conservación del medio natural favorece al mismo tiempo otros servicios brindados por la vida silvestre, como el control biológico de plagas, la protección de cursos de agua, la fijación de carbono atmosférico y la preservación de la biodiversidad” destacaron los investigadores.
Si bien, es cierto que fomentar áreas donde se reproduzcan las “malezas” puede traer otro tipo de inconvenientes, un correcto manejo de estos espacios puede contribuir al rendimiento de los cultivos y al manejo integrado de plagas, sin ir en detrimento de un beneficio monetario.
Fuente: Infocampo