¿Qué hacer después del trigo?
Así se pregunta el Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos. Finalizada la cosecha de trigo, el productor debe afrontar otra importante decisión ¿Con qué cultivo continuar?
La sequía había dejado grandes incertidumbres sobre la factibilidad de la siembra de trigo en la provincia de Entre Ríos, no obstante las abundantes lluvias del mes de mayo generaron un cambio rotundo del escenario y diluyeron las dudas. Esto posibilitó desarrollar la implantación del cereal con total normalidad, existiendo una proyección de crecimiento que oscilaría entre el 10 al 20 % con respecto al ciclo anterior.
Finalizada la cosecha de trigo, el productor debe afrontar otra importante decisión, ¿Con qué cultivo continuar?
En este aspecto, la gran mayoría de los agricultores se orienta hacia la implantación de soja de segunda, la cual normalmente logra rendimientos inferiores a los obtenidos por la soja de primera. Con la particularidad que si el mes de diciembre presenta lluvias escasas, demora las labores y obliga a efectuar siembras tardías con un potencial de rendimiento muy por debajo del promedio para la provincia.
Una opción no tan frecuente es la siembra de maíz de segunda. Con este cultivo se logra una mayor sustentabilidad en el sistema, ya que aporta mayor volumen de rastrojo (incremento de materia seca) al suelo que la soja de segunda y dependiendo del rendimiento alcanzado pude generar una mejor rentabilidad.
Las claves para este cultivo se relacionan con la elección del híbrido y el aumento en la dosis de fertilizante nitrogenado, la cual es mayor con respecto a un maíz tardío.
Para tomar la decisión, posiblemente, la primera herramienta de ayuda sea el análisis del Margen Bruto (MB) en dólares calculado en base al rendimiento esperado, donde también se tienen en cuenta los gastos de insumos y labores (costos directos) y el ingreso bruto (ver Tabla 1).
Los precios fueron tomados del mercado de futuros respecto al mes de cosecha de cada cultivo, con un trigo a diciembre de 2018 de 198 U$S/t, soja a mayo de 2019 de 278 U$S/t y maíz a junio de 2019 de 162 U$S/t
El cultivo de maíz es el de mayor requerimiento de inversión en insumos y labores para lograr su implantación, pero también el de mayor ingreso a los rindes esperados.
La combinación trigo/maíz de segunda arroja 28 U$S/ha más que la combinación trigo/soja de segunda (siempre teniendo en cuenta que es sin costo de arrendamiento).
En cuanto al costo de arrendamiento y teniendo en cuenta su pago en quintales fijos puesto en el campo, se pueden comparar y ver cuantos dólares restan al margen bruto de acuerdo en la medida en que se incrementa su valor.
Cabe hacer la aclaración de este margen bruto obtenido y luego de efectuar el pago de arriendo, el productor todavía debe pagar impuestos nacionales y provinciales, junto con los gastos de estructura de la empresa agropecuaria.
En la Tabla 3 se puede analizar los rendimientos de indiferencia, es decir cuántos quintales debemos cosechar para cubrir los costos directos y de comercialización, (sin contemplar el gasto de arrendamiento).
Para esta campaña los números son alentadores pero hay que remarcar que todavía no se produjeron aumentos en el costo del flete, el cual esta influenciado por el precio del gasoil. Este ítem fue siempre uno de los de mayor impacto en los gastos de comercialización, que a la fecha y por primera vez después de mucho tiempo, el productor posee un pequeño respiro, y que se observan márgenes positivos sobretodo en el maíz.